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Channel: Cocinando al Potopó
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LAS TERTULIAS GASTRONÓMICAS FINALIZAN EL AÑO CON EL RECONOCIMIENTO A EL ALMIREZ POR SU XX ANIVERSARIO

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La coordinadora de las tertulias gastronómicas del Ateneo literario, artístico, y científico de Cádiz, María Luisa Ucero, quiso que en la última tertulia de 2016 se le rindiese un merecido homenaje a las diez mujeres que componen actualmente este grupo gastronómico y que han celebrado veinte años de la constitución como asociación. Este grupo de gaditanas unidas por la afición a la cocina, empezaron su andadura en el año 1996, ejerciendo sus carreras profesionales y compaginando la vida familiar con hijos de corta edad, que en su mayoría han casado. Hoy en día se dedican más a mimar a sus nietos, elaborando para ellos ricos pasteles y golosinas. 

En los años que las estamos tratando, hemos observado que cada una de ellas aporta alga la gastronomía, además comparten e intercambian sus experiencias, dándoles sentido a la idea inicial del Grupo Gastronómico que crearon. En cuanto al lado personal, podríamos encontrar una semejanza con una rica caja de dulces, son diferentes, únicas y exquisitas. 
La coordinadora se dirigió a las integrantes del Grupo Gastronómico, expresándoles que de ese almirez que lleva el Grupo por nombre, se ha extraído un almizcle repleto de buenas esencias: aromas a comidas por las casapuertas, a pasteles de siempre, a amistad con los que compartimos la misma pasión por la mesa y la cocina, a generosidad por compartir sus preparaciones, a enseñanzas sobre sus conocimientos, a sonrisas, a consejos, a buenos momentos, a afecto… A continuación nombró una a una de las protagonistas, deseándoles muchos años más de continuidad en algo tan delicioso como es la cocina y la cálida presencia de todas ellas en actos culinarios. 
Y como no todos los días se celebran 20 años, no faltó felicitación, música de cumpleaños, letra coreada por los asistentes y en forma de tarta llegó un  obsequio para cada una de las componentes del entrañable grupo El Almirez: un abanico recuerdo del aniversario. Un merecido reconocimiento por la labor que vienen desarrollando a diario por la gastronomía.

A continuación intervino Ángela Gallego, Secretaria de la Asociación que ejerciendo de portavoz fue desgranando detalles y emociones de vivencias, actividades, logros, encuentros…obteniendo con esos especiales ingredientes, una espléndida receta para el recuerdo de esa grata tarde.
  

Ángela preparó para la ocasión un hermoso PowerPoint lleno de imágenes del grupo, muchas de ellas extraídas del Blog que administran, otras personales, bien cocinando o en los innumerables actos que participan…todas entrañables y originales, porque se presentaban llenas de flores. Explicó que había elegido este formato en honor a las compañeras que se ocupan de enviar bonitas flores a diario, a través del whatsapp del grupo,  y que junto a unas caritas sonrientes o una pequeña frase, procuran que el día sea más feliz.   
Antes de hablar de cada una de sus actuales compañeras, tuvo un sentido recuerdo a las que ya no estaban por un motivo u otro, ante la atenta mirada de las asistentes. La emoción les pudo cuando habló de los muchos acontecimientos vividos, unos alegres pero también otros tristes y duros, superados por la fortaleza propia, además de la ayuda que propicia tener unas manos amigas en el entorno y personas dispuestas a endulzar la parte amarga de la vida.    
Los momentos álgidos de la tarde, llegaron a la vez que se mencionaba a las distintas compañeras y aparecían sus fotos en la pantalla, mientras Ángela les dedicaba bonitas palabras inherentes a la personalidad de cada una de ellas.  Empezó por Chica Durán, la Presidenta de la Asociación, a la que calificó como una experta en decoración culinaria y a la que el grupo confía los detalles a la hora de realizar muestras de cocina. ¡Olé su buen gusto!

Le siguió Encarna Lozano, una gaditana de Puerto Serrano que ha heredado de su madre, además de la simpatía y la nobleza, la habilidad de preparar exquisitas masas de todo tipo. Damos testimonio de los típicos hornazos o tortas de pellizco. ¡Ay qué ricura!  
Posteriormente llegó el momento de Mayca Marrero, a quien nombró como una repostera de lujo y a la que no se le pasa por alto cualquier lugar donde merezca la pena hacer una deliciosa merienda. ¡Viva tu alegría!

El turno le llegó a la dinámica relaciones públicas de El Almirez: Pepi Relinque. Estamos convencidos que el atún de almadraba sería mucho menos importante sin ella. Conocedora desde pequeña del  Thunnus Thynnus, es una de las grandes defensoras del gran pez de nuestras costas. Sus tomates fritos son de manual de cocina y es que los hace al potopó y con mucho cariño, pues viajan por el mundo. Destacamos su finísimo paladar.  
María Luisa de la Osa, es especialista en cocina original y vinos de Jerez, además de una gran representante en eventos culinarios. Motor de los libros editados de cocina del G.G.El Almirez. ¡Genial idea!

Merche Tejuca, es de esas personas con luz que con solo saludar nos transmite energías con su sonrisa. Está catalogada como excelente cocinera de elaboraciones sencillas y eso en la actualidad es un verdadero don. ¡Bravo, Merche!     
Lola Rueda, dulcera de vocación y de corazón. De él salen deliciosas, coloristas y alegres galletas, pero lo mejor es que son elaboradas para ayudar a niños con problemas, discapacitados y personas con necesidades, da lo mismo que vivan cerca o las tenga que enviar a kilómetros de distancia. ¡Gracias por endulzarnos la vida!

El fuerte de Mari Tere Domínguez es la nutrición y ese es su compromiso tanto en la teoría como en la práctica, donde sus preparaciones obtienen equilibrio. En su vida cotidiana muestra estabilidad y actúa con mesura. ¡Brillantes cualidades!
Fátima Delgado, es la única de las componentes que es cocinera de profesión y tienen un sobresaliente éxito sus tradicionales dulces y postres como las poleás y la leche frita. ¡Qué exquisitez!

La presentación terminaba con Ángela Gallego y cuando iba a empezar a hacerlo, irrumpió con cariño Merche Tejuca, haciéndole una afectuosa semblanza. De ella destacó las cualidades humanas pero también su dedicación a la comunicación a través del blog del Grupo y  las redes sociales. 
Nosotros queremos acentuar su interés por las sociedades humanas, por el desarrollo y comportamiento del hombre. Su interés dirigido al campo de la antropología, le ha llevado a investigar y realizar amplios estudios sobre el folklore popular, la religiosidad del pueblo, las fiestas…y especialmente la relación de estos campos con la gastronomía y su historia. Después tenemos la suerte que nos lo cuente y transmite. Un lujo sus conocimientos puestos al alcance de todos. ¡Gracias profe!  
Antes de finalizar, Ángela hizo un repaso por la extraordinaria trayectoria del Grupo en estos veinte años, que podemos ver en su interesante blog, además de disfrutar con sus recetas. Y para terminar pusieron el punto dulce a la tarde ofreciendo a los asistentes: naranjas confitadas bañadas en chocolate y gominolas caseras de limón y fresa…Ummmm ¡deliciosas!  También tuvieron el  detalle de obsequiar tanto a Ángela Gallego como a la coordinadora de las tertulias gastronómicas, unas preciosas plantas naturales y una cajita de naranjas chocolateadas,  ambas agradecieron el hermoso gesto.  
Solo nos queda decir que estas diez mujeres son de las que entran ganas de llevárselas a casa. ¿Quieren saber los motivos? Aquí van unos cuantos: nos encantan como cocinan, cuidan de las personas que les rodean, nos enseñan cuanto saben, nos divertimos juntas y por encima de todo existe una  bonita amistad y un gran cariño. 
Chicas de El Almirez, de momento vamos a brindar por otros veinte años más de unión con el Grupo y con todos los amigos. Cuando transcurran, volveremos a por más. ¡Va por vosotras! Y por supuesto por todos los amigos que llenaron el Salón del Ateneo para arroparlas.

Hasta el nuevo año 2017. ¡Salud!


EN LA PRÓXIMA TERTULIA GASTRONÓMICA DEL ATENEO, JULIO MOLINA FONT NOS HABLARÁ DE BACHES, BARES Y ULTRAMARINOS.

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Queridos ateneístas y amigos:

El próximo martes día 7 celebraremos la tertulia del mes de febrero en la sede del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz, calle Ancha, nº 20. Tendrá lugar en su horario habitual, 19:00 horas.

En esta ocasión hemos invitado a nuestro compañero socio de mérito y coordinador de las Tertulias Marítimas, Julio Molina Font, para que desembarque en las  reuniones gastronómicas. Nos hablará de su amplía travesía recogiendo información, anécdotas y algunas que otras vivencias sobre bares y tiendas gaditanas de una época pasada. Todo ello recopilado en su diario de navegación y  que ha dado lugar a su último libro titulado: Baches, Bares y Ultramarinos. Crónica-guía del buen morapio y condumio en el Cádiz de ayer. Ediciones El Boletín.


Está claro que si se habla de bebidas, de comidas y de lugares donde eran habituales  dar buena cuenta de esos menesteres en nuestra ciudad, es lógico que provoque el interés de esta tertulia, seguidora de pitanzas acompañadas de un vinito que alivie su paso por el gaznate.

Estamos convencidos disfrutaremos escuchando, pero también rescatando nuestros recuerdos más lejanos de un recorrido por un Cádiz que ya forma parte de la historia.

No olvidéis anotar la cita, será uno de esos días donde la participación fluirá espontáneamente. Tenemos una agradable tarde garantizada. 
¡Os esperamos!

 Afectuosos saludos, 

                                             María Luisa Ucero Manzano
                                  Coordinadora Tertulias Gastronómica
                                                 Ateneo de Cádiz

       

RESUMEN DE LA CRÓNICA-GUÍA DEL BUEN MORAPIO Y CONDUMIO EN EL CÁDIZ DE AYER POR JULIO MOLINA FONT EN EL ATENEO GADITANO

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Las ciudades, las costumbres, la naturaleza, el hombre, todo cambia con el paso de los años. En nuestra memoria quedan lugares, personas, hábitos… que de una u otra manera han significado algo especial para nosotros, pero será imposible recordar con precisión gran parte del entorno donde crecimos y vivimos sin ayuda. Esta ayuda es la que nos pone en nuestras manos el escritor gaditano Julio Molina Font. Le gustan las historias y vivencias cotidianas, las vividas y las oídas, plasmándolas en sus libros como buen cronista de la sociedad, única forma que podamos seguir teniéndolas presentes y que nuestros sucesores las conozcan. Así sucedió con La historia pequeña de CádizLa historia pequeña de San Fernando,  o Crónica negra en el Cádiz de la posguerra, libros editados por Ediciones Mayi, entre otros.
En esta ocasión las páginas de su última obra: Baches, bares y ultramarinos. Crónica guía del buen morapio y condumio en el Cádiz de ayer, publicada por Ediciones El Boletín, están llenas de locales, vinos, personajes, etc., que pueden resultar atractivo para los gaditanos en general y muy interesante nos resultan a los seguidores relacionados con el mundo que rodea la cocina en todos sus ámbitos.  
Por ello hemos querido tener en la tertulia gastronómica del Ateneo gaditano, en este mes de febrero, a nuestro compañero Julio Molina. El autor nos condujo por uno de los muchos paseos que tiene el libro por Cádiz, describiéndonos como era la ciudad en la época desde principios del siglo XX hasta los años setenta. Durante el recorrido nos paramos en algunos de los famosos bares y establecimientos dedicados a la alimentación que pudimos visualizar en la interesante y curiosa colección de fotografías que nos mostró, rescatadas de su publicación.  
El escritor contó con brevedad como nació y se desarrolló la idea, enumeró las fuentes escritas en las que había investigado, el empleo de su propia documentación y colección de libros, además de mencionar la cantidad de fuentes orales obtenidas por amigos, conocidos y personas relacionadas con la hostelería de entonces. 
En la obra que consta de 390 páginas, Molina Font confesó querer hacerle un homenaje a los montañeses que llegaron a Cádiz, instalando sus ultramarinos preferentemente en las esquinas de las calles del centro de la ciudad. El escritor en este punto se dirigió a los asistentes y dijo haber pensado dedicarles  a ese reconocido colectivo este momento, como se suele hacer en Cádiz y más en estas fechas que rozamos los Carnavales, vestido con la clásica bata de color garbanzo tostado y con el típico lápiz que se colocaban encima de la oreja.  
Por supuesto hizo extensivo el homenaje a los chicucos, niños que con trece o catorce años de edad empezaban a hacer recados, a reponer artículos, cuidaban de la limpieza y a cambio recibían alojamiento, comida y un salario que generalmente le custodiaba el propietario del almacén hasta que el joven marchaba al servicio militar. Entonces era cuando se les solía entregar la cantidad custodiada, la mayoría de las veces. Muchos a su regreso se incorporaban como encargados o incluso como dueños de sus propios negocios. Durante décadas, los montañeses acaparaban este tipo de comercios, aunque luego también llegaron personas de la provincia de Málaga como El Burgo o Yunquera.  

Refirió como el vino y especialmente la manzanilla, fueron el origen de las tascas en Cadiz, lugares en que mayoritariamente se reunían los hombres y fue centro de tertulias en la época. Nos descubrió que a muchas de esas tabernas, las habían precedido en el mismo lugar antiguas carbonerías e incluso que hubo un tiempo donde se vendían ambas cosas en el local, debido a que había quienes opinaban que en estos lugares se conservaba mejor el vino debido al carbón. Uno de estos lugares es la tradicional taberna La Manzanilla que ha llegado hasta nuestros días en la calle Feduchy, frecuentada por gaditanos y visitantes. 

Haciendo un guiño a estos lugares, puso encima de la mesa del estrado una media limeta y una caña de manzanilla, el pequeño vaso donde era habitual servir el aromático vino. Recordó que la limeta y media limeta, daban nombre a las botellas utilizadas para la manzanilla, según su medida, prácticamente están en desuso. Nosotros queremos significar al respecto, que con mucho acierto se siguen utilizando en algunos lugares clásicos de Sanlúcar de Barrameda y nombrar también a la Taberna La Sorpresa que ha recuperado esas botellas para Cádiz.    
Tabernas de fama como La Privadilla, fundada en 1712, que lucía en sus paredes dos cabezas de toro, llamados en vida Palomero y Jardinero; El Maestrito, situado en la calle La Paz, y que hasta el año 1952 solo vendía vino, pero a partir de esa fecha empezó a ofrecer pescado frito, papas aliñás y guisos caseros por encargo que se hicieron famosos. Típicos baches como La Providencia, Mendizábal o El Nicanor. 
Bares como el Liba, El Alcázar, Sol Bar, Casa Samuel o el Bar Caleta con aquellas cazuelitas de barro de espectaculares gambas al ajillo y el barreño de plástico lleno de almejas de las que ahora es difícil ver y que cuando nos asomábamos los chiquillos siempre soltaban un chorrillo de agua a la cara para risa de todos los que no se mojaban. No puedo dejar de nombrar a Casa Lucas en la Cruz Verde, en sus inicios era una tienda de vinos regentada por el dueño Lucas Diego Mazorra, más tarde empezaron a poner tapas que las hacía su mujer Maruja, dándole un giro diferente al bar. Al ser un local de paso y muy concurrido llegó a la cocina Concepción Pinto Bautista haciendo célebres las tapas de menudo, sangre en tomate o las pavías de merluza, entre otros muchos guisos. Luego el hijo de los propietarios Adolfo se casó con Isabel Bermúdez, quien siguió los pasos de ambas mujeres en la cocina. Durante años Concha y Beli fueron muy reconocidas en los fogones de Casa Lucas.   
En nuestra breve presentación aludimos a locales de recuerdos significativos de nuestra niñez y juventud como el Bar Correos en la Plaza de las Flores, donde trabajaba mi tío Juan Cantero. Cuando pasábamos por allí, entrabamos a darle un beso y el cogía con una mano unos cuantos vasos que con un movimiento rítmico hacía sonar compases flamencos. Aunque hoy no podemos dejar de nombrar una de las cosas que más nos llamaba la atención a los niños y creo que a los de más edad también, ni más ni menos que una de las primeras gramolas que llegó a Cádiz, a la que se le echaba una moneda para que la música sonase. Inolvidables igualmente son la Taberna La Manzanilla, el bar El Nansa o el ultramarino el Cañón en la calle Feduchy donde nací y viví muchos años. Otro bar muy especial por lo que vamos a contar fue El Piano, situado en la calle Columela, no solo por el rico olor y sabor de los primeros sándwiches que se ofrecían en la capital gaditana, sino porque los ojillos de niña se quedaban fijos en una de las estanterías, donde junto a botellas de vinos y licores había colocado un pajarito de cristal de colores que con movimientos de vaivén, zambullía su pico en la copa de agua que tenía delante. ¡Qué tiempos!

No quisimos restarle minutos a nuestro compañero alargando la presentación. Julio Molina es una persona muy conocida en nuestra ciudad y particularmente en el Ateneo, desempeñando la labor de coordinador de la Tertulia Marítima, donde consta su faceta de investigador en temas marítimos y costumbristas, además de sus muchas publicaciones.
El autor nos desveló los clásicos reservados de las antiguas tiendas de vino y tabernas. Estos lugares eran frecuentados por trasnochadores en busca de  bebidas, especialidades de cocina y fiesta, pero también acudían célebres artistas, toreros y personajes importantes de la vida social gaditana. Citó igualmente célebres restaurantes como El Anteojo, El Achuri, El Faro, La Flor de Galicia, algunos de ellos aún respetan parte de sus estructuras aunque con reformas lógicas efectuadas por el paso del tiempo. Hay casos que conservan el nombre, otros por el contrario son llamados de otra forma. Por supuesto las ventas de extramuros como La Primera de Cádiz, Venta Los Patos, Venta El Pozo, que recuerdo íbamos en familia a comer sus ricos “Huevos a la Flamenca”;  El Cantábrico, lugar donde muchos domingos las familias se reunían fuera de la ciudad para almorzar y donde los chiquillos podíamos jugar con tranquilidad al aire libre o el ventorrillo El Chato, que afortunadamente existe gracias a la familia Córdoba y del que se pueden contar mil y una anécdotas.
También hubo tiempo para recordar ultramarinos como el Cañón, El Miña terra, Las Nieves, El Caminito, La Pasiega… todos con sus estanterías de madera; el habitual reloj que se enmarcaba en el centro; las cajoneras en la parte baja, donde se depositaban las legumbres a granel: garbanzos, lentejas, habichuelas y también arroz, azúcar, harina, etc., en el momento de despacharlas el dependiente recogía el artículo con la pala recogedora a demanda de la cantidad solicitada por el cliente. En una parte del mostrador el peso de platillo, en uno de los extremos el aparato de medida para suministrar el aceite. No faltaba el  jamonero formado por una tabla de madera con dos piezas verticales que servían para sujetar el jamón y por supuestos las barricas de arenques. 
De imborrable recuerdo algunas cafeterías, con una alusión especial a La Camelia, centro de reuniones de la sociedad gaditana en sus distintos establecimientos, contando con un servicio impecable, buen café y chocolate, sus célebres tortitas americanas y sus vitrinas repletas de ricos pasteles, de muchos de ellos aún retenemos los sabores en nuestro archivo dulcero, al igual que nos ocurre con los dulces de Orcha.   
De moda también se pusieron las terrazas, repletas de púbico con la llegada del buen tiempo, destacando las de la Plaza de San Juan de Dios, Canalejas, Columela…Igualmente abrieron salas de fiestas, quizás entre las más conocidas El Pay Pay, El Salón Moderno, entre otras. Como en todos los enclaves portuarios importantes y concurridos solía haber este tipo de locales, conocidos popularmente como cabarets. Aunque ahora inexistentes en la ciudad, si lo tuvimos en las décadas de los años cincuenta hasta los ochenta.
 No se quedaron en el tintero personajes por nombrar como Juan Fariñas conocido como “Guagüy”, trabajador incansable en varias tiendas de la ciudad; Pacual García de Quirós, aunque todo el mundo cariñosamente lo llamaba Macarty, fue durante muchos años camarero del Café Alhambra y gran seguidor del Cádiz C. F.; el recordado Pepiño Ferradans, propietario del célebre Restaurante El Anteojo o Gonzalo Córdoba, fundador del Restaurante El Faro y que perdura como una auténtica institución hasta nuestros días.
El punto final de la tertulia lo puso Molina Font con la llegada a Cádiz de un novedoso tipo de establecimiento: el supermercado. Fue allá por el año 1959 cuando se instaló el primero en la ciudad, llamado Supermercado 13. La novedad supuso un cambio de costumbres en las compras y al principio los vecinos formaban largas colas para entrar en el local situado en Puerta de Tierra. 
Terminamos la crónica como hicimos en nuestra presentación, agradeciéndole al conferenciante y amigo Julio Molina, aceptara nuestra invitación e interviniera en la tertulia gastronómica. En otras ocasiones nos ha acompañado como asistente, haciendo estupendas aportaciones. Este día sin embargo ha participado desde el estrado del salón de actos del Ateneo, solicitándole nos abriera esas limetas repletas de conocimiento gaditano, y llenara nuestras imaginarias cañas para beber y saborear todo lo que nos contó.  

PATERNA DE RIVERA, UNA VISITA CON SABOR Y ARTE

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Doce horas intensas, más otras doce relajadas, conociendo e intercambiando impresiones en la visita a Paterna de Rivera, junto con veinte amigos y una afición común, la cocina y su ambiente. En esta frase de inicio están recogidos los títulos de las publicaciones efectuadas por los amigos Charo Barrio del Blog Come en Casa, Lola López de La Fritada, Ángela Gallego y Pepi Relinque del Grupo gastronómico El Almirez y Juan F. Sánchez de la Asociación Impresiones de Paterna, acerca del recorrido cultural-gastronómico por este municipio de La Janda y así queremos empezar nuestra crónica. Nos apetece compartirla por las cosas buenas e interesantes que tiene esta localidad, porque ha cambiado para mejor con los años, sus vecinos siguen manteniendo la hospitalidad que recordábamos de nuestras escapadas de juventud, y también nos hemos dado cuenta que es una gran desconocida para muchos de los gaditanos de nuestra amplia provincia. Nos es grato acercaros a ella para que podáis comprender cuanto os perdéis, y así os animéis a realizar una ruta cuanto antes.  
Alteraremos el orden de la visita, pues nos parece adecuado comenzar mostrando el Retablo de la Vida, creación del escultor y pintor de Alcalá de los Gazules, Jesús Cuesta Arana. Una representación de Paterna a través de sus propias vivencias pasadas y actuales, contada de forma didáctica por José Cabrales, al cual presentaremos en  su momento. En la obra podemos conocer parte de la esencia de esta localidad, gentes anónimas y afables reproducidas con maestría, costumbres propias y un modo de ser y vivir.  Dividido en tres partes, está dedicado a los encierros callejeros, al toro y al caballo, en el extremo izquierdo. En el centro se escenifica la libertad, el trabajo, las creencias, la ciencia y la cultura. El cante flamenco con la Petenera se sitúa en la parte derecha. 
Una parte reducida del grupo llegamos el viernes por la tarde, por eso aludíamos al principio que disfrutamos tranquilamente de un mayor número de horas en el plácido pueblo. Nos alojamos en el Hotel rural El Perro de Paterna, en estas instalaciones regentó su bar el famoso cantaor, hoy día lo dirigen el hijo y su familia. Un detalle singular, sus habitaciones tienen nombre de palos flamencos con una breve reseña de los mismos. 
Al caer la noche nos dio la bienvenida nuestro amigo Juan Sánchez Benítez, ejerciendo de excelente anfitrión, quiso acompañarnos desde el principio. Él es el Presidente de la Asociación Cultural Impresiones y coordinador de la Revista del mismo nombre, en la cual tuve el honor de participar en su décima publicación dedicada a la gastronomía. De ese especial encuentro surgió una gran afinidad, que ha dado lugar a esta visita a Paterna y el comienzo de lo que puede ser una fiel amistad. Seguiremos contando cosas de él, pero ahora decir que llegó la hora de la cenay el grupito de seis que éramos entonces nos dirigimos a Casa Paco, restaurante situado en la Calle Blas Infante, nº 52, en esta ubicación se situaba anteriormente la Venta La Petenera, regentada por el conocido cantaor El Niño de la Cava, de nombre Francisco Guerrero Jiménez, poseedor igualmente de un busto homenaje de sus paisanos. Un lugar bastante recomendable como ahora podréis apreciar. Os dejamos el teléfono 618 50 71 64 por si queréis reservar antes de acercaros.
Nos recibió Paco Moreno Muñoz, un profesional competente, hallar a personas eficientes es un auténtico privilegio, deberían prodigarse más. Solo con escucharlo, se intuye que le gusta su trabajo, y es que ha heredado el amor por los fogones de su madre Ana Muñoz Chacón,  cocinera muchos años del restaurante de El Perro de Paterna. Nos dejamos aconsejar por él y aparte de un caprichito de buen jamón ibérico, fue llegando a la mesa: Revuelto de Tagarninas, distinto al habitual y es de agradecer; Champiñones rellenos con salsa de avellanas americana, conocidas en Cádiz por avellanas de los toros; Croquetas de carrillada y un Revuelto de Bacalao dorado. Todo sencillo y rico que es de lo que se trata cuando vamos a comer fuera de casa. 
Para acompañar la comida quiso que probáramos el tinto Hacienda La Parrilla Alta, un vino cosecha de San José del Valle, agradable al paladar. Crema de Queso con frutos secos, fue el delicioso postre que compartimos. Para rematar la faena nocturna, Paco Moreno nos invitó a una copa, aceptamos pues la velada bien merecía un brindis. Cuando nos reveló que había realizado dos años de coctelería, al mismo tiempo de haberse preparado para ofrecer servicios de catering, nos dejamos asesorar por su experiencia. Las copa llegó en función de los gustos personales de los comensales: un estupendo Gin Tonic, con una  ginebra que aunque no recordamos el nombre, sí nos quedamos con el aroma y el sabor entre otros matices a yuzu, un cítrico asiático, combinada con una tónica sin azúcar y de amargos suaves. Para los amantes de las bebidas dulces, optó por un Pedro Ximénez Mons Urium, vejez superior a 30 años; y para los de gustos fuertes un brandy añejo y de gran calidad, además calentó la bebida espirituosa ligeramente, realzando su aroma y sabor. Una cena excelente que repetiremos porque nos prometió enseñarnos la bota del brandy y con las risas y charla se nos pasó. Ya tenemos la excusa para volver.  
A la mañana siguiente fueron llegando puntualmente todos los componentes del grupo, al punto de encuentro donde habíamos quedado para desayunar, el Bar-Restaurante El Perro de Paterna, Plaza de la Constitución, Tfno. 956 41 60 47.  Allí, Chani y María José nos tenían la mesa preparada con aceite de oliva virgen extra y tomate, zurrapa de lomo e hígado metido en manteca colorá, de esos que no te importa pesarte al día siguiente, aun sabiendo que has ganado un kilo más. Luego se encargarían de traer las rebanadas de teleras recién tostadas junto al café, al gusto de cada uno. Hay que decir que algunos se atrevieron a duplicar la tirada, como si se tratase del juego de la oca, pero cambiando la frase: “de tosta a tosta y tiro porque me tosca”. La verdad es que el buen pan de Paterna, con el trío de ases para untar merecía el doblete o triplete que también lo hubo. 
Pues con el cuerpo recompuesto, casi sin frío, nos dispusimos a empezar nuestra ruta; no sin antes presentar a los amigos que nos acompañaban y por supuesto a Juan Sánchez, del que hemos hablado al principio, pero ahora es el momento de decir, que sin su colaboración y mediación con las empresas que conocimos durante el recorrido no hubiese sido posible obtener tan fructífera y completa visita. Este gaditano paternero además de un gran tipo, es licenciado en Filología hispánica, responsable del programa Mayores Activos en la localidad, y a partir de ahora lo hemos nombrado “guía de Paterna”. El día prometía y  con un itinerario tan completo, se hizo acompañar de su amigo José Cabrales, un Biólogo y profesor en Paterna, que nos fue contando también parte de la historia de la localidad, dejando patente que ambos son unos enamorados de la tierra y con razón. Comenzamos en la misma Plaza de la Constitución, donde además del hotel y el bar-restaurante que hemos mencionado, se encuentra el Ayuntamiento. 
En la misma plaza está situada la Iglesia de la Inhiesta, fundada en 1503 de estilo mudéjar andaluz, con planta basilical de tres naves; la central es elevada y con artesonado de madera y de bóvedas de crucería son las laterales. A esta visita se unió el joven párroco Manuel Gómez Sánchez, que nos mostró con satisfacción el patrimonio documental que suponen los libros parroquiales, conservados junto a algunos legajos y archivos bautismales que datan del siglo XVI; al final tuvo la gentileza de obsequiarnos a cada uno de los visitantes con una estampa de la Virgen de la Inhiesta, imagen salvada del incendio provocado en 1936. También nos recibió e intervino en las explicaciones sobre el templo, Paqui Benítez Herrera, madre de Juan Sánchez, ella custodia unas llaves de la iglesia para mostrarla a los visitantes, entre otros menesteres. Nos amplió información aclarando que la Pila Bautismal de 1798 y el cuadro de la Magdalena también se libraron de la destrucción en el episodio bélico. Asimismo nos comentó otras curiosidades como que la Virgen que le da nombre a la parroquia se llama como la flor de la retama. El protagonismo del templo es compartido con la patrona: Nuestra Señora de la Soledad Coronada, ambas son veneradas por los vecinos, que son los encargados de cuidar de la parroquia que presenta un aspecto impecable. 
Antes de abandonar la principal plaza, pudimos contactar con el sentimiento profundo de esta población flamenca por excelencia. Allí mismo se puede contemplar el busto en recuerdo de Antonio Pérez Jiménez, conocido con el sobrenombre del Perro de Paterna. Tenemos que confesar que tuvimos la suerte de conocerlo en vida, atendiendo a la clientela detrás del mostrador y también de escucharlo cantar en directo, gracias a la amistad con las familias Macho y Melgar de Paterna, con ellos vivimos una bonita época. Considerado como un cantaor grande de peteneras, pero también dominó palos como las granaínas, cartageneras, fandangos y malagueñas, entre otros. Juanito Valderrama lo dio a conocer por toda la geografía española.  

En este rincón con tanto duende, Juan y José nos manifestaron la importancia del agua en la población. Romanos y árabes valoraban las propiedades benéficas del agua, así estos últimos llamaban a la localidad: “El Valle de los Baños”. Alrededor del año 1830 se construye un balneario, que reportaría beneficios a la población gracias a sus aguas medicinales. Precisamente esa rentabilidad traería consigo conflictos de intereses hasta llegar al año 1920, que fue abandonado definitivamente.  
A partir de ahora el paseo transcurriría entre la expresión artística del flamenco arraigada en su gente, refrendada por el silencioso “quejío” que lucen las placas de las calles paterneras: Martinete, Fandango, Seguiriya, Bulerías… asimismo, entre el espíritu luchador de sus habitantes, que sin alzar la voz y sin alardes recuerdan en los rótulos de su vía pública, que no conciben la vida sin Libertad, Democracia, Esperanza…, y por supuesto entre la parte culinaria, representada por trabajadores resueltos y empresas que apuestan por productos de la zona, como es el caso de Cantizano Salsas, una empresa artesanal de conservas que ha logrado con esfuerzo y trabajo, introducir entre los productos gourmet de la provincia, sus pimientos conservados en aceite de la Sierra de Cádiz o su paté de tagarninas llamado: Picarninas
Juan Antonio Cantizano e Isabel María Pérez, nos enseñaron sus instalaciones para la elaboración de sus productos, informándonos de que las conservas son pasteurizadas y pasan por controles de calidad anualmente. Juan Antonio, es ingeniero agrícola y tiene un huerto en las inmediaciones de Torrecera, donde cultivan tomates, pimientos, además de otras verduras y hortalizas. En su momento pensaron en esta iniciativa basada en poner al alcance del público productos de calidad, dispuestos para ser preparados y consumidos con la rapidez que la vida actual demanda. Así ofrecen sofritos de verduras al estilo casero, tagarninas para tortillas o revueltos, paté de espárragos en temporada, Pichichurri, una combinación de ingredientes gaditanos que recuerda la salsa argentina Chimichurri, con ella se pueden acompañar patatas, pescados, carnes, etc. Antes de marcharnos tuvieron la gentileza de darnos a probar varios de sus productos, inclusive preparados al instante. Después hicimos provisiones de los víveres elaborados y envasados en la empresa, para poder hacer algunas pruebas en casa.  
A la salida un grato encuentro con las hermanas Rafi y Montse Aguirre, cantaora y bailaora respectivamente. Hay mucho arte por metro cuadrado en Paterna, y a medida que vayáis leyendo la crónica os iréis dando cuenta. 
Continuamos nuestro camino disfrutando del sol y de la tranquilidad de sus calles, de pronto otra recoleta placita con el monumento a Miguel Pérez Cordón y María Silva Cruz, conocida como “La Libertaria”. Nuestros amigos José y Juan nos contaron un poco de la desgraciada historia de ambos personajes. Casi sin darnos cuenta llegamos al siguiente destino gastronómico: Saboresde Paterna.
A las puertas de esta empresa de tradición familiar nos recibió Bartolo Rodríguez Veja, quinta generación que regenta en la actualidad el negocio, arropado por el excelente trabajo de sus hermanos. Se dedican principalmente a la elaboración artesanal de productos derivados del cerdo, y es conocida sobre todo por sus chicharrones, de diferentes tipos, entre los que destaca el “chicharrón especial”, que se puede encontrar en tabernas emblemáticas como Casa Manteca en Cádiz, y reconocidos por los hermanos Adriá que los han incorporado entre sus productos gourmet. En la actualidad siguen manteniendo los sabores de siempre como se puede comprobar en: manteca colorá,  carne mechada, lomo en manteca, longanizas, morcillas, butifarras… Amablemente nos enseñaron las instalaciones y tuvieron la cortesía de ofrecernos una degustación de sus sabrosos productos, que acompañamos con manzanilla gracias a la atención de nuestro amigo Antonio Reyes. Ante la imposibilidad de probar todos los ricos y aromáticos productos, optamos por hacernos con una muestra de ellos.  
Volvemos al flamenco, esta vez con otro gran cantaor: Rufino García Cote, de nombre artístico Rufino de Paterna. Ha destacado en la ejecución de los cantes por carceleras, martinetes, bamberas, peteneras, tientos…, posee una amplia discografía y diversos premios. De su  último C.D. editado: Como canta mi abuelo Rufino; nos hicimos con un ejemplar que tuvimos el placer nos lo dedicara. ¡Grande Rufino! Un busto honra a este gran artista que continúa vivo y al frente de uno de los bares con más solera del lugar. A lo largo del recorrido se observa como ha sido una constante en el municipio, que los cantaores locales incluyendo los más famosos hayan regentado bares y restaurantes. 
Otro salto a la gastronomía, ¡esto sí que es un buen maridaje! Vaya pueblo más auténtico. Pues como íbamos contando, llegamos a las instalaciones de la Panificadora “La Fábrica”, una empresa centenaria donde comenzó el abuelo de Marcos Antonio Pecino Gago. Él es quien lleva actualmente las riendas del negocio donde se puede encontrar diferentes tipos de buen pan ¡pan de verdad! como: sus famosas teleras de pan blanco o moreno de kilos y mayores, (como dice nuestro tradicional pregón de las caballas) vienas, cundis, molletes, picos, etc. Todos elaborados respetando los principios de los antecesores aunque en la actualidad las instalaciones estén adaptadas a los nuevos tiempos. Pudimos comprobarlo gracias a la amabilidad de Marcos, que nos mostró la maquinaria tradicional y la moderna, sus hornos, uno de los cuales no se usa desde 1950 pero afirmó que si se quisiera podría funcionar. 
Nos detalló el proceso del pan y un poco de la trayectoria empresarial. De la antigua panificadora solo quedan algunas artesas y una báscula donde se pesaban los sacos de grano, antes de que fuesen triturados en el molino de cilindro, luego los agricultores recibían las piezas de pan, según el trato que habían hecho previamente. Aunque en la actualidad ya no existen los molinos locales, el proceso del pan sigue siendo artesanal, es decir, emplean la masa madre, el levado tradicional y el horneado en horno de leña o eléctrico. Al finalizar todos salimos con nuestras teleras de pan bajo el brazo, morenas y blancas, de las cuales nos consta que hemos dado buena cuenta de ellas. También con algún que otro paquete de los ricos roscos de Semana Santa que se hacen prácticamente todo el año a demanda de sus vecinos. ¡Umm qué ricos están!
Entre relatos y comentarios llegamos al Bar Rufino, un símbolo de Paterna, lugar imprescindible en cualquier escapada a la localidad, perteneciente a la Ruta del Toro. Allí detrás del mostrador continúa uno de los máximos exponentes del cante de esta tierra: Rufino García Cote, que cuenta con el cariño de sus vecinos y la admiración de todos a los que el flamenco nos corre por la sangre. Pero Rufino no solo es reconocido por su faceta artística, también porque en el bar de toda la vida siguen sobresaliendo sus espectaculares Cabrillas en Tomatey el Conejo guisado, servido con una fuente aparte de patatas fritas sin igual, de ello dimos buena cuenta. Créannos, son de aplauso. Sus hijos Pepe y Manola, les echan una mano, bueno para decir verdad, la dos. Tiene fama de ser el lugar donde se encuentra el mejor conejo de Paterna y nosotros diríamos que en muchos kilómetros a la redonda, un dato para que sirva de referencia, cada fin de semana se suele degustar entre 35 a 60 conejos, no decimos más.  
Por si fuese poco, el duende entró en el local como por arte de magia para vivir un momento vibrante, de esos que solo se dan en lugares donde el arte se transmite a través de los poros de su gente. Imagínense el momento: nuestro grupo sentado dando buena cuenta de las sabrosas raciones referidas, mojando sopones de pan y mostrando la sorpresa del hallazgo de este lugar; los parroquianos de copas y charlas; y de momento irrumpe la voz de Natalio, un gaditano de raza, cantando fadangos, estrofas de tangos o de algunos de los cantes de ida y vuelta ¡Instantes sublimes y únicos! Señores, esto solo sigue pasando en el Sur y en especial en Cádiz, provincia regada con dones como el talento, la inspiración, la gracia, la espontaneidad… ¡Por favor, qué nada ni nadie nos cambie! Todos a gusto y antes de salir un simpático detalle de esta paternera familia, sortearon un CD entre los componentes de la excursión, la suerte recayó en Juan José Mostazo, redondo el día, pero el resto no nos quedaríamos sin traernos a casa el cante y la voz melodiosa del artista, acompañado a la guitarra por Didier Macho.
Exultantes salimos y tan pronto nos alejábamos un deseo unánime: volver. Unos pasos más adelante, como si saliera a nuestro encuentro Dolores la Petenera, un monumento obligado en el municipio donde nació la petenera como nosotros la conocemos. Delante del monumento nos contaron un poco de la misteriosa vida que envuelve a la cantaora y la intriga entorno a su figura; superstición, mala suerte…quizás por una forma de vida no entendida en la época que pudo haber vivido. Es muy posible sea así aunque no se han encontrado testimonios escritos, aunque sí en la voz del pueblo. De lo que estamos seguros es que una petenera cantada con lentitud y pasión, transmite profundos sentimientos cuando se escucha, caso de los cantaores mencionados o de la mismísima Pastora Pavón, “Niña de los Peines”: 
Quisiera yo renegar
de este mundo por entero,
volver de nuevo a habitar
¡madre de mi corazón!
volver de nuevo a habitar,
por ver si en un mundo nuevo
por ver si en un mundo nuevo
encontraba más verdad.
Alegres y con poca capacidad para ingerir muchos más platos, nos trasladamos a la Venta El Cantarero (Av. Andalucía, nº 40. Tfno. 956 41 60 00) lugar que teníamos previsto para poner fin a la jornada gastronómica. En la mesa nos esperaban unas Papás aliñás, atención de la casa y después fueron llegando los platos para compartir, porque con lo que llevábamos encima y la abundancia de las raciones, no había persona que diera cuenta de todo aquello. Tosta de chicharrón especial, Croquetas de rabo de toro, Delicias de Pulpo (otra cortesía de la venta para que la degustáramos), Venado, Rabo de Toro y alguna Carrillada en salsa.
Pero si tenemos que destacar un plato, sin duda optamos por uno novedoso y especial,  la Ensalada de Tagarninas. En este blog somos adictos a las tagarninas, las hacemos y probamos de todas formas: en berzas, cocidos serranos, esparragás, tortillas, revueltos, buñuelos y hasta los tronchitos (llamados pulpitos en Paterna) nos lo comemos rebozados. Es justo confesar que no se nos había ocurrido aliñarlas, siendo un estupendo descubrimiento que amplía el recetario gaditano, hay que agradecérselo a la familia Macho, propietarios de este establecimiento, a los que felicitamos en especial por esta receta. Además del aliño habitual, le añaden cebolla picada, caballas en aceite, huevos duros y naranja amarga. El resultado: delicioso. A partir de ahora cuando estemos en temporada de esta verdura silvestre, se convertirá en un plato habitual de nuestra cocina. 
La jornada no estaba concluida, aún nos quedaba por disfrutar de algo inesperado para la mayoría. La Asociación Cultural Impresiones lo tenía preparado, sin embargo no habíamos querido desvelárselo a nuestros amigos. Así que nos dirigimos al Museo Etnográfico, donde se encuentra la sede de la entidad. En primer lugar, pudimos ver una creativa exposición de disfraces de confeccionados con materiales reciclados y que se conservan de los grupos que participan anualmente en la cabalgata de Carnaval.  
Luego llegaría la sorpresa: la presentación del libro Versos decimalesdel escritor y cantautor gaditano Fernando Lobo. Contó con la intervención de Valero Cortadura, autor de la novela Y sin embargo vencidos, entre otras, y Juan F. Sánchez, Presidente de la Asociación como hemos referido con anterioridad.
El poeta y cantante nos deleitó recitando sus propios versos: divertidos, frescos, críticos… además dedicarnos al grupo amante de la buena cocina, unas geniales décimas culinarias. Un regalo para finalizar, guitarra en mano interpretó dos temas de su repertorio, sin duda un buen colofón a su estupenda intervención. Un rato que por las caras de la concurrencia, se podía predecir el disfrute había sido máximo. Luego pudimos adquirir su libro y algunos de sus CD publicados. Fernando Lobo estuvo encantador, prestándose a realizar las dedicatorias que les solicitamos e incluso a posar para inmortalizar el extraordinario momento.       
Felices por el día vivido, los asistentes al acto nos trasladamos juntos, a la Peña Flamenca “La Petenera”, pudiendoconocer el lugar donde el arte se expresa a lo grande en muchas ocasiones. Nos atendieron con el agrado habitual de los ciudadanos paterneros: Tere, Luisy su hijo José Miguel y entre un cafelito de pucherete por aquí, un refresco por allá nos fuimos despidiendo de los amigos.  
Y para finalizar esta larga crónica, la ocasión ha merecido extendernos, decir que nos llevamos las mejores IMPRESIONES de un pueblo hospitalario, de sus activos empresarios y de sus maravillosas gentes. Muchas gracias a Juan F. Sánchez Benítez y a José Cabrales Pérez por hacer posible la visita tal cual la imaginamos. Os decimos de corazón que nos habéis dejado IMPRESIONADOS.   

Hasta la próxima. 

TERTULIA GASTRONÓMICA EN EL ATENEO GADITANO POR MANUEL LEÓN BÉJAR

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Queridos ateneístas y amigos:

El próximo miércoles día 29 a las 19:00 horas, celebraremos nuestra tertulia gastronómica correspondiente al actual mes de marzo. Tendrá lugar en la sede del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz, calle Ancha, nº 20, 1ª planta.  

Nuestro invitado para esta ocasión es el arqueólogo, investigador y Director Técnico de Dinamo Cultura S. L. Manuel León Béjar, e intervendrá con la ponencia titulada: Producción y consumo de vino en época alto-imperial Romana. La Arqueogastronomía y la reconstrucción física de alimentos.
La conferencia abordará la importancia simbólica y ritual del vino en época romana, continuando con apuntes sobre su uso y consumo social desde el referido periodo hasta el alto imperio. A continuación, se desarrollarán los principales procesos de producción vitivinícola entre los s. I y II d.C. Finalmente el último apartado versará en torno a los trabajos de investigación reconstrucción física en torno al vino de época alto-imperial romana, llevados a cabo por el autor.

Importante anotar la cita, os garantizo que tanto Manuel León y su exposición sorprenderán gratamente.

¡Os esperamos!

 Afectuosos saludos, 


                                                                                                                                                                            María Luisa Ucero Manzano
                                    Coordinadora Tertulias Gastronómicas
                                                      Ateneo de Cádiz 
                  

Isabel Domínguez “Chichi” y su “Tocino” al cielo

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Grazalema es un lugar donde la vida cotidiana transcurre sin ruidos, alterado a veces por las risas de los niños o por el bullicio de los visitantes de los fines de semanas, pero el último fue distinto. El pueblo estaba en silencio absoluto, solo roto por el tañido de las campanas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, anunciando la partida de una de nuestras vecinas más querida. 

Isabel Domínguez Triano, conocida cariñosamente como Chichi, era una mujer amable, noble, cariñosa, generosa, discreta, buena... No lo decimos porque se haya marchado, más bien por lo que hemos observado durante su vida. Ser buena esposa y madre, se puede pensar que es fácil; ser buena amiga, en ocasiones se consigue; pero las muestras de afecto obedecían a mucho más que a ese entorno. Se respiraba respeto, cariño, gratitud… a la mujer, que además del zaguán accesible como es tradicional en las casas grazalemeñas, tenía sus puertas abiertas para quien llamara o la necesitara. De su boca no salió nunca una sola palabra en ese sentido, sin embargo sí nos lo han contado las personas agradecidas. 
A estas alturas, quizás os habréis extrañado que no estemos escribiendo sobre gastronomía. Por supuesto que sí, tiene que ver y mucho. Ahora vamos a explicarlo. Al entrar en casa de Chichi y de Fernando Campuzano (su marido) nos recibían los aromas a sus guisos, cocidos, croquetas o postres… ¡Qué rica poleá, preparaba! Ella con una dulce sonrisa te daba paso a su salita, pero donde más cómodas nos hemos sentido, sin duda era en su maravillosa cocina de casa antigua, de esas que cualquier aficionado a estos menesteres siente admiración como es nuestro caso. Espaciosa, con una amplia encimera de ladrillos rojizos, al estilo del siglo pasado donde se ubicaban los fogones. Al fondo la alacena, su puerta entreabierta dejaba ver los brillantes cazos, ollas, cacerolas y otros utensilios propios. En la derecha una gran mesa de trabajo, con su peso antiguo, sus frutas, mortero... A la izquierda una puerta hacía un patio lleno de plantas con escaleras de piedra que te llevan a un torreón almenado, donde las vistas del pueblo y de la Sierra son espectaculares. Cuántas veces le hemos pedido el favor, de que se lo mostrara a familiares y amigos, jamás dijo que no, al revés, sin pensarlo ni un solo instante, accedía de inmediato a nuestras pretensiones.

Cuando se enteró que presentaba el libro en la Excma. Diputación de Cádiz, enseguida se apresuró a ofrecerme: lebrillos de barro, cestos de mimbre, calderos de cobre y cuantos utensilios atinaba a encontrar para el evento.

Conociendo mi pasión por la cocina tradicional, un día me hizo un maravilloso regalo: una copia del cuaderno manuscrito de su familia. En él se recogen las recetas de las mujeres de la casa con más de un siglo de historia. Un auténtico tesoro.
Tengo que contar algo más, el libro Cádiz, una provincia para comérsela. Recorrido por sus tradiciones culinarias, no hubiese sido lo mismo sin su Tocino de cielo, el más rico de todos los caseros que hemos probado. En un gesto más de generosidad nos dio y nos enseñó a hacer la receta y nos permitió fotografiar el paso a paso en su cálido hogar.

Chichi una cocinera de casa, de tantas que no necesitan que se les otorguen estrellas de publicaciones del mundo. Ella y su tocino de cielo, ya tienen todas las estrellas del universo.

Siempre estarás en nuestro corazón.

PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE VINO EN ÈPOCA ROMANA. ARQUEOGASTRONOMÍA Y RECONSTRUCCIÓN FÍSICA DE ALIMENTOS.

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Hablar de gastronomía no solo es hacerlo por la afición de comer bien, de que nos gusten más o menos ciertos alimentos y recetas; acudamos a bares, tabernas o restaurantes donde disfrutar de tapas y platos; es también poder expresarnos sobre el conjunto de conocimientos y actividades relacionados con la comida. Todo ello, unido a referencias de prestigiosos cocineros, a obras escritas por expertos o estudiosos que según sus épocas se han interesado en dejar patente sus  costumbres en torno a la mesa y los estudios realizados por investigadores de la alimentación a través de la historia, hacen que la gastronomía esté alcanzando un gran interés por la buena mesa, por  nutrirnos de forma saludable y por supuesto por aprender y obtener conocimientos.   
Así que procuramos en la coordinación de las tertulias gastronómicas del Ateneo literario, artístico y científico de Cádiz, que estas ofrezcan diversidad y amplitud en sus temas. A finales del pasado mes de marzo tuvimos el honor de contar con la presencia del arqueólogo, licenciado en historia y en Derecho por la Universidad de Sevilla, Manuel León Béjar, que nos ofreció la conferencia titulada: Producción y consumo de vino en época alto-imperial Romana. La Arqueogastronomía y la reconstrucción física de alimentos.
En el resumen sobre la presentación de nuestro invitado, destacamos que en la actualidad es Director Técnico y Científico de Baetica, Vino de la Hispania Romana, marca de Dinamo Cultura S. L., Investigador en el Departamento de Ingeniería y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Cádiz sobre recuperación y reconstrucción física de alimentos de época romana. Director técnico de Dinamo Cultura S.L. (Grupo Lógica). Posee gran experiencia en el sector agroalimentario, donde es un gran investigador y promueve el desarrollo de vinos elaborados a partir de la recuperación de antiguas recetas de autores romanos. Manuel León, cuenta con distintas publicaciones y artículos relacionados con la materia. Ha participado en proyectos y propuestas técnicas de infraestructuras y equipamientos con la gastronomía y creación de productos gastronómicos: Museo del vino de Umbrete, Centro Turístico de la Gastronomía de Salteras y Centro de Interpretación del vino de la D. O. Montilla–Moriles. Además ha sido distinguido con varios reconocimientos y menciones.
Natural de Villamanrique de la Condesa, comarca de las Marismas del Guadalquivir, es un enamorado de su tierra con la que se identifica pero se confiesa un entusiasta de la provincia gaditana. No es de extrañar siendo un apasionado de la época romana, un periodo donde la Vía Augusta era la ruta terrestre más importante de la provincia Baetica, que discurría desde el Arco de Jano (situado en el Alto Guadalquivir) hasta el mismo Gades. Así que nuestro amigo Manolo León, muchos siglos después sigue recorriendo con constancia el camino desde Sevilla a Cádiz. Igualmente le cautivó la obra y la lectura del ilustre  ciudadano de Gades, Lucius Junius Moderatus de sobrenombre Columela. Le sedujeron sus extensos tratados de agricultura, que influirían en una parte de su recorrido profesional. Precisamente esta admiración por los autores clásicos, le indujo a orientar sus  responsabilidades al ámbito del Patrimonio Cultural y la Arqueología.  
A continuación Manuel Léon Bejar comenzó su ponencia, remontándose al desarrollo de la agricultura y la ganadería en la era neolítica, explicando como el hombre por entonces empezó a seleccionar plantas para su consumo y domesticar animales para controlar los recursos alimenticios que podían obtener. El olivo para la obtención del aceite procede de esa época y se empieza a cultivar para el consumo propio. En el siglo VI a. C. aparecen indicios de plantación en Creta. Los fenicios lo introdujeron posteriormente en la península ibérica, siendo los romanos quienes extendieron su cultivo, y los árabes aportaron las mejoras de nuevas técnicas. Otro importante hallazgo es el encontrado en el norte de Irak, donde se han descubierto restos de trigo  6700 años a. C. El trigo es cereal de mayor cultivo, contribuyendo de forma decisiva a la creación de la sociedad agraria. 
Igualmente el vino tiene un origen ancestral. En las montañas del Cáucaso (Armenia) fueron hallados instrumentos y herramientas de viticultura en la Edad de Cobre entre los años 4100 y 4000 a.C. Fue considerado como un producto exótico sagradodestinado a las clases altas, con especial uso en ceremonias, libaciones religiosas y en banquetes funerarios. Diferentes civilizaciones tenían la creencia que el vino facilitaba el contacto y comunicación con los dioses, posiblemente debido a los efectos propios de la bebida. 
La primera cultura alimentaria se atribuye a Egipto. El gran poder político y la expansión del imperio egipcio propiciaron la incorporación de nuevos alimentos, nuevas tecnologías y productos de importación (3700 a.C.). Para cocinar se empleaban distintos tipos de aceites vegetales: cártamo, sésamo, ricino, linaza y palma, siendo la primera civilización en practicar la extracción del aceite de oliva. También usaban sal, plantas aromáticas y especias importadas. Disponían de variedad de dulces, utilizando harina de cereal o de chufa molida. Fabricaban distintos tipos de cervezas en las que empleaban higos, miel o altramuces.  Se sentaban para comer y usaban cubiertos, teniendo por costumbre hacer tres comidas al día. Existe importante documentación acerca de las viñas, la obtención, producción y comercialización del vino,  aunque su uso se remonta a época prehistórica. Un dato curioso es el descubrimiento en la tumba del Faraón Tutankamon, de tres docenas de jarras de vino. 
Gadir fue en el mundo fenicio uno de los más importantes centros de operaciones comerciales en las rutas marítimas de la antigüedad. Fenicios, griegos y romanos cultivaron y difundieron la importante triada mediterránea: el trigo para el pan, la vid para el vino y el olivo para el aceite de oliva y las aceitunas.   
Los griegos utilizaban técnicas innovadoras para cocinar como el hervido, la fritura con aceite de oliva, el asado y el guiso. Acostumbraban a comer sentados y utilizaban cuchara y cuchillo, sin embargo no usaban el tenedor. Cultivaron en abundancia las viñas con el objeto de producir vino en gran escala, evidentemente con las dificultades propias que suponía en la época, conseguir el fruto de la cosecha, prensarlo, dejarlo fermentar, seguir de cerca todo el proceso hasta conseguir una bebida de calidad, considerada como regalo de los propios dioses. El consumo también tenía para ellos carácter sagrado, no estaba aceptado beberlo fuera de ceremonias casi sacralizadas, considerándose en ese caso conductas incívicas o bárbaras. Mezclar el vino con agua era símbolo de cultura y civilización, considerándose que si se tomaba en su estado natural supondría llevar a los consumidores al desenfreno. Los griegos no se quedaron para sí los avances relacionados con la comida, exportaron la costumbre de la   alimentación social y sus productos.         
En Roma el vino se consideraba un alimento esencial y con especial relevancia en todas las celebraciones, fiestas y banquetes, de carácter sagrado y lúdico. En los inicios de la República Romana la producción del vino era muy limitada, importando de Grecia los de calidad pero a costes elevados. El vino corriente se populariza, convirtiéndose en un hábito entre la población. Esto trae consigo que a finales de la República Romana se consigan vinos de mejor calidad, aplicación de nuevas técnicas de vinificación, avances en los métodos de conservación, hasta llegar a la producción de vinos de gustos diferentes y  más refinados. Así se va convirtiendo en una señal de distinción y un elemento lúdico social por excelencia. 
Para lograr aumentar la calidad de los vinos se empieza a usar sustancias que garantizaran la estabilidad del producto, controlar la acidez y la  clarificación, además de evitar los olores y sabores menos adecuados. Entre los aditivos empleados estaban las resinas como la pez o la colofonia; el agua salada o sal, aunque si los vinos tenían cierta calidad no llevaba o se les añadía muy poca cantidad. Yeso u otros tipos de carbonato cálcico, con ellos conseguían rebajar la acidez, así como con la harina de la especia de fenogreco. Una vez finalizado el proceso de fermentación, el vino se envasaba en ánforas y se sellaban con arcilla o yeso con el fin de evitar su oxidación y evitar se transformara en vinagre.
Dentro del marco del Proyecto de investigación Cotidiana Vitae, para la Reconstrucción física de Alimentos se han conseguido importantes resultados en el desarrollo y reproducción de experiencias culinarias en torno a la gastronomía en Roma. De esta forma se ha puesto en valor el Patrimonio Histórico-Arqueológico, Baetica se ha revelado como un complemento idóneo para las actividades culturales y turísticas que se están desarrollando en Andalucía y en otras muchas comunidades españolas, convirtiéndose en un novedoso producto turístico basado en la Antigua Roma e inédito en el sector hasta la fecha actual. 
Se ha logrado un resultado turístico cultural desde el conocimiento científico y desde la perspectiva de la arqueológica, que pueda mostrar al público la vida cotidiana desde un aspecto temático Arqueo-gastronómico, con un final aportado por la brillante figura de Columela y sus aportaciones al mundo de la agricultura y en especial a la producción vitivinícola.  
El proceso de investigación ha sido llevado a cabo por un equipo compuesto por arqueólogos y enólogos, siguiendo un estudio pormenorizado de textos gastronómicos romanos relacionados con la producción de Mulsum, Vinos Artificias y Vinos Condita, además de una selección de ingredientes naturales que garantizan el carácter artesanal. En la reproducción se han empleado la maceración con conservantes vitivinícolas utilizados en época romana. Fermentaciones (Mulsum) y maceraciones secundarias (Sanguis, Antinoo y Mesalina).     
Vina Condita, vinos cocidos y edulcorados con miel y aromatizados con especias, flores o frutos secos. Finalidad: garantizar la conservación y otorgar durabilidad de consumo óptimo. Se maceraban y/o fermentaban con pétalos de flores (rosa, violeta, nardo…); plantas aromáticas como el lentisco, el junco, el lirio, el hinojo, la ajedrea, el azafrán; especias: pimienta, canela…; frutas: granadas, membrillo, dátiles, moras, nísperos…; resina y miel. Por otro lado, aportar sabor y aroma, mejorando el perfil organoléptico de los vinos y, además aprovechar las propiedades “medicinales” como apuntaban los autores: Plinio, Paladio o Dioscórides, entre otros.   
Vino Ficticia, se obtiene mediante la maceración de productos de origen vegetal, como plantas, frutas, resinas, especias e infusiones con mosto o con vino. Su uso también se extendía al mundo de la medicina. El más afamado de los vinos es el Mulsum, llegando a ser de consumo mayoritario en la sociedad romana.
Pero aquí no acaba el trabajo, Baetica está en continua investigación y desarrollo, además de seguir en la línea de sus peculiares vinos, han conseguido un queso de cabra de la Sierra de Cádiz, macerado e inyectado con Mulsum. Este queso llamado Libum, nombre usado en la antigua Roma para una especie de panecillo de queso, que se utilizaba en diversos rituales, entre los que destacaban los dedicados a los dioses. Como no podía ser de otra forma también han creado fórmulas para acercarnos el Garum, fruto de la reconstrucción científica e histórica del conocido aderezo de la época romana. Así nos presentan por ejemplo, la salsa Flor de Garum, elaborada con pescado azul, especias mediterráneas y sal marina. Para su preparación se ha estudiado la composición química del contenido de ánforas excavadas en Pompeya, reproduciéndose en el laboratorio las condiciones ambientales y las originales técnicas que utilizaron los romanos en su fabricación. Otro producto es el Mousse de Allec, obtenido a partir del Garum, elaborado de forma natural, con matices ahumados y diversas especias. Este paté sería muy valorado tanto en la cocina romana como ahora en la actual. Y como hemos señalado no se para aquí, las investigaciones continuarán...   
Esta ardua labor no tendría sentido si no se diese a conocer, por ello Baetica apuesta por ofrecer actividades culturales y turísticas por gran parte del país, realzando la gastronomía y experiencias únicas en entornos y espacios muy especiales en el ámbito de la cultura. Vivir una jornada con ellos es un aprendizaje divertido, no dejen pasar de largo la experiencia. 
Al finalizar el acto, le reiteramos el agradecimiento del Ateneo de Cádiz, y de la propia coordinadora de las tertulias gastronómicas a Manuel León Béjar, quien aún tenía guardada una dulce sorpresa para los asistentes: experimentar las sensaciones de un vino tan romano como actual: el Mulsum. En las fotos ateneístas, conocidos gastrónomos y seguidores de la cocina gaditana: Manuel Ruiz Torres; Primitivo Collantes; Pepe P. Moreno y Rafael Paul del Grupo Gastronómico Gaditano; María Teresa Domínguez del Grupo Gastronómico El Almirez; Lola López del Blog La Fritada; Ana Mayi,Gerente de Ediciones Mayi;  María Isabel González, entre otros muchos queridos compañeros.    

Amigo Manolo, las puertas de esta institución están abiertas para que sigas aportando y compartiendo tus extensos conocimientos. Muchas gracias.     

MANUEL RUIZ TORRES ESTARÁ EN LA PRÓXIMA TERTULIA GASTRONÓMICA DEL ATENEO DE CÁDIZ

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Queridos ateneístas y amigos:

El próximo miércoles día 26 a las 19:00 horas, tendremos el placer de recibir en el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz, calle Ancha, nº 20, 1ª planta, al escritor, investigador y experto gastronómico, Manuel Ruiz Torres, que nos ofrecerá la ponencia titulada: La Evolución Histórica del Gusto. 
Nos contará como el Gusto, a lo largo de la Historia, siempre ha expresado una solución cultural local a la necesidad humana de alimentarse. La necesidad de comer en sí es una exigencia movida por el instinto de supervivencia, sin embargo la capacidad de elegir lo que se come es algo cultural. No siempre elegimos ni lo más sano, ni lo más nutritivo, ni siquiera lo que más nos apetece. En esta conferencia nuestro invitado compartirá sus conocimientos fruto de los estudios realizados,  referente a cómo se ha formado nuestro sentido del Gusto a lo largo de la Historia, a través de los diversos factores sociales y culturales que lo han condicionado siempre.

No olvidéis anotar esta cita en vuestras agendas, es una magnífica oportunidad de seguir aprendiendo sobre este importante sentido para la gastronomía.    

¡Os esperamos!

Afectuosos saludos,

                                            María Luisa Ucero Manzano
                                    Coordinadora Tertulias Gastronómicas
                                                      Ateneo de Cádiz 
                  




“La Evolución Histórica del Gusto” por Manuel Ruiz Torres

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El pasado miércoles 26 celebramos la tertulia gastronómica del Ateneo de Cádiz. Nos venimos reuniendo periódicamente desde hace ya siete años en el Salón de Actos, el lugar que puntualmente toma forma de aula de aprendizaje sobre la cocina y los distintos ámbitos que la rodean, con especial incidencia en la gastronomía de nuestra provincia. Miembros de la institución, amigos unidos por una afición común: la cocina, y en esa tarde pudo acompañarnos, incluso, el Presidente, Ignacio Moreno Aparicio. Una fórmula que nos enriquece a todos mediante los conocimientos de los ponentes.
En esta ocasión muy especialmente al contar con nuestro admirado Manuel Ruiz Torres, químico de profesión, escritor, investigador y el mayor especialista de la cocina gaditana del siglo XVIII. Precisamente dirigió durante cuatro años el programa de la Diputación de Cádiz para recuperar la cocina gaditana de la Constitución de 1812 y en nuestra memoria está su magistral conferencia en este mismo escenario, dedicada a “Dulces y golosinas del Cádiz de las Cortes en el poema épico La Dulciada, del canónigo gaditano Cayetano María de Huarte".  
Pero nuestro querido Manuel, tiene mucho más bagaje. Considerado como nuestro investigador de cabecera, debido a que sus libros, sus trabajados artículos, sus exposiciones…despejan muchas de las incógnitas sobre la cocina histórica. Sus escritos nos apasionan y podríamos citar muchos como hicimos el día de la tertulia, pero nos gustaría los descubriesen vosotros mismos, además de escucharlo cada vez que tengamos la oportunidad. En sus blogs Cao Cultura y Cádiz Gusta, hallaremos verdaderos tesoros sobre temas culinarios. Nos reiteramos en lo manifestado, no dejen de seguirlo; es casi un pecado para los amantes de la gastronomía no hacerlo.
Tiene doce libros editados, dos de ellos sobre gastronomía histórica y pensamos nos sorprenderá con más publicaciones. Nos agrada otra faceta suya, es de los hombres que le gusta experimentar entre fogones. Se pone el delantal  y lo mismo hace una receta gaditana, nacional o internacional, de esas que va probando y viendo en sus viajes. La coordinadora de la tertulia afirmó tener  mucha química con él, aludiendo a que podría ser debido a la profesión que ejerce Ruiz Torres, pero aseguró estar convencida de que es por la consideración que le tiene, por el respeto que le produce su gran humildad, virtud difícil de encontrar en muchas esferas de la vida, pero sobre todo por su amistad, de la que está orgullosa mantener.  
Una vez expresado el honor que suponía tenerlo de nuevo en el Ateneo y el deseo que nos acompañe en futuras intervenciones, Manuel Ruíz comenzó con la esperada conferencia titulada: LaEvolución Histórica del Gusto, uno de los sentidos principales para la gastronomía.   
El investigador empezó afirmando que el gusto, a lo largo de la existencia, ha expresado la solución más placentera a la necesidad del ser humano de alimentarse. Comer es una exigencia para sobrevivir, sin embargo la capacidad de elegir entre los alimentos a nuestro alcance, es cultural. A esa capacidad limitada de elegir se le denomina: sentido del gusto.   

La comida recibe una “gratificación natural” en nuestro cerebro. La sensación debe ser placentera así se recuerda y se repite, pero no siempre elegimos ni lo más sano (un claro ejemplo son los componentes tóxicos de las setas, llamadas “comestibles” por su soportable toxicidad para nuestro organismo). Tenemos entonces que al ser una expresión cultural, se forma y se aprende. No se puede hablar de un sentido del gusto igual para todos los habitantes del planeta, pues se ha conseguido según cómo se ha ido resolviendo la alimentación de cada lugar. Citó al historiador Flandrín: “Cada cultura tiene su propia definición de lo que es comestible y lo que no”.
Encauzó la exposición en cómo se ha formado nuestro sentido del gusto a través de diversos factores socioculturales que lo han condicionado, destacando que este sentido ha influido considerablemente en la evolución humana. Hizo referencia a los primeros homínidos que de una dieta casi completamente vegetariana, con algunos pequeños insectos, pasaron de comer tallos y futas tiernas al bípedo Australopiteco, comedor de granos y que desarrollaron mandíbulas más poderosas que las de los simios, manos pequeñas y finas para coger semillas. En el crecimiento de la dieta omnívora del Homo Habilis, fue primordial su capacidad de crear herramientas para romper huesos de carroñas y comer su tuétano y sus sesos, o desenterrar tubérculos o cortar vegetales más duros. También se produjo un cambio físico, ya no necesitaba intestinos tan largos, creció su cerebro, ni mandíbulas tan potentes y fue desapareciendo la cresta ósea en lo alto de su cabeza donde se intercalaban los potentes músculos para la masticación.  

En siguientes etapas, hace unos dos millones de años, el Homo ergaster, salía a cazar con herramientas mejor formadas, la mandíbula disminuye y la cara se aplana. Fundamental fue el control del fuego del Homo antecesor (300.000 años a.C.) que ablanda aún más los alimentos. En esa evolución, con caras más planas, el hombre perdió el olfato de los animales con hocico, pero mejoró el disfrute del sentido del gusto, al acortarse el pasaje retronasal, desde la boca a la cavidad nasal, donde se liberan los componentes aromáticos del sabor al masticar los alimentos. En el Neolítico, se domestican plantas y animales, surgiendo la cerámica, que permite cocer granos duros, la dieta se ablanda y la falta de estimulación de la mandíbula al masticar favorece dientes más pequeños y apiñados.


Manuel Ruiz, insistió en la importancia de situar el cronometraje, lo que llamamos Historia, de un recorrido por millones de años. No hay que olvidar que el hombre actual apareció hace unos 40.000 años y que el desarrollo de la agricultura empezó hace sólo 10.000 años.

Evidentemente a lo largo del tiempo hay factores que han condicionado la formación y evolución del gusto. Los primeros condicionantes aparecidos serían elegir entre lo que hay y lo que se conoce. En esta evolución de millones de años, los humanos han aprendido lo que resulta beneficioso para su organismo y por supuesto lo que enferma o mata, a través de experiencias plagadas de fatales errores. 
Factores condicionan la formación y la evolución del gusto

Cada civilización ha creado su propio listado de ingredientes comestibles, ampliándose con las aportaciones de otras civilizaciones, mediante invasiones (a veces llamadas Descubrimientos) o mediante intercambios comerciales o migratorios. Los romanos traen las coles, nabos y rábanos, junto a otras hoy en desuso como la ortiga o las malvas. Igualmente las lentejas y los garbanzos, que comían tostados como pasatiempo viendo sus espectáculos. Los árabes traen el arroz, la caña de azúcar, la naranja dulce, el cuscús, el turrón. De América, la patata, el tomate, el pimiento, las alubias. Los emigrantes genoveses trajeron a Cádiz sus 4 recetas de la panizza (masa en sopa minestra, en sofrito, fritas y aliñadas como ensalada), pero sólo arraigaron las dos últimas, que nos parecían semejantes a lo ya conocido (ensaladas y fritos de masa andalusíes). Que los ingredientes o técnicas desconocidas se incorporen a la dieta de cada sitio depende, en buena parte, de una serie de factores socioculturales que condicionan el gusto (Fernández Armesto). Estos factores socioculturales pueden ser económicos, religiosos, dietético-sanitarios, sicológicos, tecnológicos, ideológicos y artístico-culturales.
Condicionantes Económicos.

Manifestó que la economía explica, se iniciaran guerras o se cruzara un océano que se creía que acababa en catarata, sólo para conseguir el botín de las especias, cuando el gobierno turco elevó un 800 % los impuestos de paso por su territorio.

Citó dos ejemplos de adaptación del gusto por factores económicos: las patatas y el azúcar. Aunque serviría también el éxito inmediato (siglo XVI) de dos productos americanos: las distintas habichuelas o frijoles, resistentes al frío y que pueden conservarse durante largo tiempo; o el barato y pantagruélico pavo, el guajolote, que primero fue llamado “jesuita” y luego “pavo de Indias”.

Hubo alimentos que en principio, no contaron con muchas simpatías, como las patatas o los tomates. Se empezaron a usar como forraje para el ganado y posteriormente las hambrunas del siglo XVIII la convirtieron en un producto de consumo habitual, por disponible.

En todo el Reino de Sevilla (que incluía Cádiz y Huelva), a principios del siglo XIX, la producción era de 29.000 kilos, apenas 7000 más que la de altramuces. En 1811, hasta 330.000 kilos de papas entran en el Cádiz sitiado. Por su precio, a 7 cuartos la libra en 1813, terminó triunfando la patata en la dieta gaditana. Aparte de a la brasa o cocidas, entraron en ranchos, potajes y ollas, sustituyendo a anteriores ingredientes importantes de esas recetas, como las castañas. E, incluso, con el tiempo, desplazarían al mismísimo pan.
El azúcar tuvo consideración de especia hasta que el gran desarrollo de los cultivos esclavistas de caña de azúcar en el Caribe, en el siglo XVII, abarató enormemente su precio, lo que supuso cambiar su consumo. Dejó de usarse en pequeñas cantidades, como condimento, para pasar a alimento básico. Empezó a diferenciarse entre lo dulce y lo salado, hasta entonces sabores mezclados. Al admitirse mayor cantidad de azúcar, algunos platos comenzaron a ser exclusivamente dulces. A lo largo de ese siglo XVII se inventa el postre, como plato dulce que sigue a los platos principales y salados.

Para que se entendiera lo que puede ser la economía de supervivencia, empleó el siguiente ejemplo gaditano.

Al empezar el asedio francés a Cádiz, en febrero de 1810, no habían cambiado los precios para hacer una simple sopa de pan, unos 50 cuartos (contando los 26 de las 3 libras -1,5 kg- de pan, los 14 de la panilla -126 ml- de aceite y los 10 de la libra y media del carbón para hacerla). Un jornalero cobraba en Cádiz, por entonces, 51 cuartos, el día que trabajaba. Un marinero, unos 60 cuartos. Por esta misma razón, el vino común, a 10 cuartos el cuartillo (más de medio litro), tenía consideración de alimento, frente a los 54 cuartos que valía la libra de manteca. A 7 cuartos la libra las papas, en 1813.
Condicionantes Religiosos

Existen alimentos, comestibles en unas culturas, no permitidos en otras o de consumo regulados por distintas religiones en algunos periodos del calendario. Estas restricciones han modificado la evolución del gusto en esas sociedades. A veces, hasta el extremo de asumir algunos ingredientes como realmente repulsivos. Esto ocurre con el cerdo para muchos musulmanes o en el Judaísmo la prohibición de mezclar carne y leche, hace que apenas utilicen la mantequilla y se hayan inclinado por otras grasas, como aceite de oliva o grasa de oca.

La religión católica no prohíbe actualmente ningún alimento, pero establece normas sobre ayuno y abstinencia de algunos ingredientes. 
Las normas de cumplimiento estricto, explican algunos gustos actuales. Durante la Edad Media, existieron especies “inmundas”, prohibidas por la Iglesia Católica: perros, gatos, chovas (grajos), liebres, caballos salvajes… Algunos de estos animales tenían un consumo aceptado, incluso prestigioso desde su inclusión en la cocina romana: las cigüeñas aún se comían en el Cádiz de principios del XIX; los castores fueron cazados por su carne y su grasa hasta que las armas de fuego consiguieron extinguirlo en la España del siglo XVII.

La costumbre, muy andaluza, de lavar la carne para desangrarla tiene un origen religioso. Tanto judíos como musulmanes tienen prohibido consumir la sangre de cualquier animal o las carnes no desangradas. En la Alta Edad Media, los católicos también prohibían no limpia de sangre, e incluso la carne poco hecha.
Las prohibiciones católicas de comer carne y grasas animales durante los días de abstinencia favorecieron la llegada y la aceptación de alimentos que los sustituyesen, como el bacalao o los arenques. Igualmente que muchas recetas se adaptaran a esos “días de pescado” y tuvieran dos versiones en los recetarios, que aprovechaban la licencia de huevos y lacticinios.  A mediados del s. XVIII Benedicto XIV admitió la extendida costumbre de comer los sábados, en la Corona de Castilla, los interiores y las extremidades (pies, cuellos y alas) de animales, la “carne de sábado”, a la que Hernández Maceras, Arte de Cocina, 1607, ya le había dedicado todo un capítulo.

Cuando, en los últimos veinte años del siglo XVIII, se redujeron esos días de abstinencia de 120 a 15, el consumo de pescado en toda España descendió enormemente. Menos en Cádiz y otras ciudades sureñas, donde la obligación ya se había convertido en gusto. Para desvincularse de costumbres moriscas, se dejó de consumir el cilantro, sustituido por el cristiano perejil. Y comer alcuzcúz era sinónimo de morisco (se cita sus componentes en El Quijote), que lo siguieron tomando siglos después.
Condicionantes dietético

La teoría griega de los 4 humores (líquidos esenciales de un organismo vivo) planteada por Hipócrates y estructurada más tarde por Galeno, describe 4 cualidades elementales: frío, caliente, húmedo y seco. Hasta el siglo XVII la medicina sostenía que la salud dependía del equilibrio de esos 4 humores: sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla.  Cada uno de ellos se correspondía, a su vez, con los elementos de la naturaleza (fuego, agua, tierra y aire). Según el humor que predominase, los individuos podían ser de 4 personalidades: sanguíneo (impulsivo), flemático (tranquilo), melancólico (bilis negra) o colérico (bilis amarilla).

La salud se alcanzaba con el equilibrio de esos humores y podía recuperarse con la alimentación. Una crisis de melancolía se le debían procurar para compensarlo alimentos calientes y húmedos, como, por ejemplo, un buen guiso de ternera. Por el contrario, si una persona presentaba una personalidad flemática se le debía procurar alimentos calientes y secos, como un asado de carne de cerdo.
Para prevenir esos desequilibrios, los cocineros (Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna) empleaban diferentes métodos: la técnica culinaria, para compensar las cualidades del alimento (p.ej., carne vaca, que es seca, se cuece; la de cerdo (húmeda), se asa; la unión de dos alimentos opuestos, como melón (frío y húmedo) con jamón (seco y caliente) o peras (seca y fría) al vino tinto (frío - caliente);  por último el Orden de los alimentos en el servicio de la comida: primero los platos que abren el apetito, como los ácidos y fríos, y para finalizar los que “sellan” el estómago (amargos o astringentes). Ej: El melón (frío y húmedo) se come al principio de la comida, porque tarda mucho en digerirse (calentarse). De ahí le viene la fama popular de que es indigesto de noche.

La antigua medicina consideraba la digestión como una cocción de los alimentos dentro del estómago, por acción del calor interno del cuerpo. Con el tiempo esta norma dietética se asume de tal manera que se olvida su condición de norma y ya decimos que lo hacemos “por gusto”.
Condicionantes sanitarios

La medicina moderna ha eliminado ingredientes antes populares. La almorta, para hacer gachas, está prohibido su consumo. Se vende (y consume) para animales. Se detectó una pandemia en 1941, en plena posguerra, entre trabajadores y sus familias muy pobres, que se alimentaban de harinas de almorta. Causaba, en un plazo máximo de dos o tres meses, afección médula espinal y parálisis miembros inferiores. Se prohibió en 1944.

Aceite de colza, desapareció de los supermercados tras el envenenamiento por su ingestión en 1981, que produjo neumonía atípica. En esa fecha se producían 24 millones de kilos de aceite de colza en España.
Condicionantes sociológicos

Por una parte el aburrimiento incita a comer y por otra la publicidad crea necesidades y gustos nuevos. El personaje Popeye fue un encargo de la Cámara de Productores de Espinacas de Estados Unidos, en 1929, a Max Fleischer, en unos años donde la anemia era muy común por carencia de hierro. Los dibujos animados de Popeye fueron utilizados por las autoridades sanitarias como reclamo para popularizar el consumo de espinacas. Partían de un error del científico alemán E. Von Wolf, en un estudio publicado en 1870, donde se colocó mal la coma de los decimales del dato relativo a la cantidad de hierro, de forma que decía tenían 40 mg Fe/100 gr. el producto, en vez de los 4 que realmente tienen.

Las modas alimenticias influyen en nuestras elecciones. Los alimentos bajos en grasa (grasas saturadas) están sustituyendo las grasas por azúcares o saborizantes artificiales. En la misma línea está la expansión de los alimentos sin gluten o los llamados superalimentos. 
Condicionantes tecnológicos

En este apartado Manuel Ruiz, significó dos efectos: acercamiento de nuevos ingredientes y modificación de alimentos. Por una parte los medios de transportes y la comunicación cambian la dieta. La televisión amplía el conocimiento de otras cocinas e ingredientes. La parte negativa es la atrofia de la tradición, interrumpiéndose la trasmisión generacional.   
Por otra, la modificación de los alimentos, sin alterar su composición, sí se logra en texturas, colores, etc.: cortado, picado –albóndigas romanas, cocidas en agua salada hasta que floten, o las del Anónimo Andalusí, ya fritas en aceite-, cuajados con gelatina, agar agar o goma adragante. 
Cambios químicos: freír, hervir, fermentar. En la actualidad, nuevas técnicas físicas: presión, ultracongelación.  Control sobre el fuego, ahumados de alimentos. Se tiende a economizar, concentrando el fuego, y hacerlo más estable: hogares elevados, con leñera abajo; anafres; cocinas económicas de hierro fundido, hasta llegar a las placas de inducción. Utensilios de cocina que crean otras posibilidades y cambian sabores. Olla de barro vidriado con un agujero por donde salía un espetón de madera para cocer gallinas u otras piezas dentro (un horno dentro del horno: la actual coquette). Torteras (brasas por encima, lo que permitió gratinados). Ollas selladas con masa para que no se fugaran aromas (estofados). Trituradoras (batidoras, Thermomix): cambios en textura de cremas y gazpachos (preferencia por texturas más finas).

Garapiñeras: la evolución de materiales y máquinas consiguieron helados con cristales más pequeños por lo tanto helados de mayor calidad. Desaparecieron las aguas de nieve (agua de cebada, hinojo, clavo o anís), menos la horchata de chufas (se perdieron las de semillas de melón, calabaza o sandía). A este fenómeno también contribuyó el aumento de consumo de refrescos azucarados gaseosos, a partir del desarrollo de los años sesenta del siglo XX.
Condicionantes ideológicos

La política también tiene efectos sobre el gusto: cuando las Cortes de Cádiz aprobaron, en 1813, el Decreto que permitía por primera vez el cercado de las fincas rústicas privadas, supuso un golpe mortal a la Mesta, que desaparecería en 1836. Junto a otros factores, como la competencia de las ovejas inglesas, acabó prácticamente la trashumancia. Y, con ella, dejaron de ser rentables la crianza de ovejas de lana, por lo que se generalizó el sacrificio de corderos. Asimismo incide la diferenciación social. Entre los siglos XIV y XVI: “la calidad de la persona determina la calidad de la comida”. El prestigio social pasó de la cantidad a la calidad. El consumo de carne de caza, volatería y la técnica del asado, reservado al Rey y la nobleza desde el s. XI, como símbolo de alto estatus social, hace que sean las preparaciones elegidas para celebrar las fiestas. Cuando la burguesía se convierte en motor social, sobre el siglo XIV, adopta la carne de vacuno para diferenciarse del mundo rural, donde seguía predominando el cerdo.

El pan blanco, menos completo en nutrientes, función de distinción social durante siglos. Cuando las transformaciones sociales ponen el pan blanco al alcance de todos, las élites buscan distinguirse comprando el pan de centeno, integral o de campo.
Por último citó las grandes corrientes artístico-culturales:
La Cocina Renacentista, Barroca, Ilustrada, Romántica, Las Vanguardias, La Nouvelle Cuisine. Todas aportaron algo distinto desde la frugalidad y preocupación dietética como signo de refinamiento cultural, pasando por técnicas complejas como la Olla Podrida de Martínez Montiño, que lleva 18 carnes distintas, que mete luego dentro de un pastel de centeno, hasta la imposición de reglas para no molestar a otros comensales, ni con ruidos, ni mostrando ansiedad de un apetito desmesurado. La cocina ilustrada impone el cubierto individual y las vajillas personalizadas. Con la cocina Romántica llega la invención de la cocina regional.  
Las de vanguardias, refiriéndose al Manifiesto Culinaire, de Apollinaire, en 1913: un arte interior, más espiritual que material, que no tenga como objetivo saciar el hambre. En 1930 se publica La Cocina futurista que propone, frente a las comidas calóricas, alimentos sanos, enérgicos que den vigor en pequeñas cantidades. Y, en cuanto a tecnología, la dotación de artefactos científicos para perfumar las bebidas y los alimentos, lámparas ultravioleta,  electrolizadores para deconstruir jugos y extractos, equipos para pulverizar frutos secos y especias, aparejos de destilación a presión ordinaria y al vacío, autoclaves, dializadores, etc. En las técnicas nuevas: alta presión, ollas de depresión –cocinar a baja temperatura y rellenar poros alimentos con líquidos, higos de sangría-, nitrógeno líquido –nuevas texturas: polvo de aceite-, o rotavapor, destiladores de aromas.
La Nouvelle Cuisine. En el 1968 lanzan su proclama un grupo de cocineros franceses, entre otros, Paul Bocuse o los hermanos Toisgros. Atrevidos en sus propuestas, aunque perfectamente integrados en el sistema y consagrados ya con el triestrellato Michelín. En 1973, algunos de ellos redactaron, junto a los periodistas Gault y Millau, el famoso Manifiesto de los diez mandamientos de esta cocina. Para entender esta asimilación hay que mencionar a quienes traen esta cocina a España. El “grupo de los doce” que, a partir de un encuentro en Madrid, en 1976, alrededor de Juan Mari Arzak y Pedro Subijana, empiezan a articular su propio movimiento de Nueva Cocina Vasca. Entre ellos, el mediático Karlos Arguiñano que, desde la televisión, popularizaría muchas de estas propuestas.

Mandamientos de Nouvelle Cuisine
1-   No cocerás demasiado
2- Utilizarás productos frescos y de calidad
3-  Aligerarás tu carta
4-  No serás sistemáticamente modernista
5- Te servirás de las aportaciones de nuevas técnicas
6-  Evitarás adobos, fermentaciones, marinadas, etc
7-  Eliminarás las salsas blancas y las salsas oscuras
8-  No ignorarás la dietética
9-  No harás trampa en los montajes de los platos
10-Deberás ser creativo

Hasta aquí el resumen de esta didáctica y extraordinaria conferencia que nos ofreció con todo lujo de detalles nuestro querido Manuel J. Ruiz Torres. Reiterarle el agradecimiento del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz, igualmente como coordinadora de las tertulias gastronómicas y amiga. Siempre es un honor recibirle y un deleite escucharle.

Os dejo hasta la próxima con la frase de Arzak, que estaría bien recordar con frecuencia: “la cocina moderna y la clásica son lo mismo. Se va evolucionando pero cogiendo raíces”.

P.D. Las imágenes de la proyección, son fotos ofrecida durante la conferencia por el autor. Todas son tomadas por las administradoras de este blog. 

Foto: Manuel Ruíz Torres, María Luisa Ucero con Ángela Gallega y Pepi Relinque del G.G. El Almirez

FERNANDO COUCHEIRO Y EL ATÚN CIERRAN LAS TERTULIAS GASTRONÓMICAS DEL ATENEO-CURSO 2016-2017

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Queridos ateneístas y amigos:
  
El martesdía 23 del actual mes de mayo a las 19:00 horas, se celebrará la tertulia gastronómica que cerrará nuestro curso en el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz. Tendrá lugar como es habitual en el Salón Miguel Ayllón  de nuestra sede, situada en la calle Ancha, nº 20.

Conocer en profundidad los pescados de nuestras costas es uno de los temas más demandados por los asiduos acompañantes de estas reuniones en torno a la cocina y sus productos, y estando en plena temporada del Atún rojo de Almadraba, hemos querido contar en esta ocasión con el experto pescadero del Mercado Central de Cádiz, Fernando Coucheiro Riobó, que ofrecerá una charla sobre: “El Atún de Almadraba, un tesoro milenario en vanguardia”.

Fotografía de Juan Virues, realizada para este blog  por gentileza de Fernando Coucheiro y el reconocido fotógrafo.

Te invitamos a participar, una vez concluya la interesante exposición, en el coloquio final y despejes todas las dudas que se nos plantean en el día a día.   

¡No dejes pasar esta estupenda oportunidad! Te esperamos.


Afectuosos saludos,  

                                            María Luisa Ucero Manzano
Coordinadora Tertulias Gastronómicas
                                                                             Ateneo de Cádiz                                                                                                                       
                                 



BARBATE ENTRE SABORES.- I PARTE: ATÚN ROJO DE ALMADRABA

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Tenemos una provincia que va ganando terreno en la gastronomía, estando mucho más valorada por paisanos, afincados en nuestra tierra y viajeros de cualquier lugar. Esto dice mucho de lo que están haciendo por la cocina gaditana los hosteleros, empresas del sector, medios de comunicación, instituciones públicas, y por qué no decirlo también, la modesta aportación de personas de a pie amantes de los fogones, que nos gusta compartir nuestras experiencias culinarias en libros, blogs, y redes sociales. Individualmente o en grupos realizamos visitas a bellos rincones para seguir aprendiendo, apreciando y divulgando nuestras costumbres, tradiciones y actualidad gastronómica.
La visita a Barbate en temporada de Atún Rojo Salvaje es materia obligada para conocer mejor el gran pez de nuestras costas, el Thunnus Thynnus. En esta ocasión fuimos invitados por el Patronato Provincial de Turismo de Cádiz, para  que siguiéramos los avances de la gran industria alrededor del atún rojo y cuyo progreso es continuo. Durante toda la jornada fuimos acompañados por la Responsable de Organización de Prensa y Turoperador del Patronato, Violeta Fernández. Más tarde disfrutaríamos de la visita más dulce de la marinera localidad de La Janda al obrador de la confitería Tres Martínez, una gozada escuchar las explicaciones de Pepi Martínez y degustar sus exquisitas elaboraciones. 
Queremos agradecer el gesto tanto al organismo gaditano como a las amigas del Grupo Gastronómico “El Almirez”, colaboradoras de la actividad y en especial a nuestra querida Pepi Relinque, barbateña de pro y que tanto esfuerzo realiza para realzar la cocina y los encantos de su hermosa tierra.
Así que nos pusimos en marcha el pasado 10 de mayo y la primera parada, casi obligatoria cuando se pasa por el entorno, fue para desayunar en la Venta Pinto de Vejer. Un gran clásico, tan grande como sus rebanadas de pan auténtico y para untar zurrapa de lomo, manteca colorá, buen aceite de oliva y un humeante café para ayudar a digerir todo aquello. Llegó la joven Cristina Pinto, que sigue con acierto dirigiendo el negocio familiar de varias generaciones. Nos la presentó Pepi Relinque y accedió con agrado a hacerse una foto con los que estábamos allí. El grupo se completaría más tarde.  
Una vez en Barbate nos dirigimos a las instalaciones de la fábrica Frialba (Frigoríficos Almadrabas Barbate S.L.), perteneciente al grupo de empresas Crespo y que además de estas instalaciones poseen la empresa Gadira Productos de Almadraba. Nos recibieron Ana Santos, bióloga de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP 51) y Andrés Jordán, Gerente de la empresa y encargado de la comercialización. 
Una vez allí nos enteramos que el tiempo no había permitido salir a faenar, por lo tanto no podríamos ver la llegada del atún recién capturado al muelle. Con sus extraordinarias explicaciones y las imágenes en las retinas de otras ocasiones, pudimos rememorar esa espectacular experiencia.

Enlace del pasado año con desembarco de atunes rojos salvajes.
A cambio tuvimos la oportunidad de ver las instalaciones de Gadira, única empresa del sector especializada en la ultra-congelación a -60º, esta técnica es indispensable para la conservación óptima del Atún rojo salvaje, garantizando la protección de cada una de sus propiedades organolépticas.     
Nos informaron que los atunes que llegan a la empresa son de sus propias  almadrabas instaladas en las costas de Zahara de los Atunes y Conil de la Frontera, más una parte que poseen en Tarifa. El atún rojo salvaje es el pez que posiblemente regule mejor su temperatura corporal, su sangre soporta aguas de entre 3 y 30 grados. Además su particular anotomía, sus poderosas aletas y cola, le permiten navegar muy bien durante el invierno, alcanzando en ocasiones hasta los 100 kms horas. Al llegar la primavera se dirigen hacia el Mediterráneo para desovar, pasando previamente por el Estrecho de Gibraltar. 
A partir de febrero se comienza a preparar las almadrabas, pero no será hasta entrado abril cuando empiezan a entrar los primeros atunes, la temporada de pesca apenas dura dos meses. La almadraba se sitúa aproximadamente a tres kilómetros de la costa y tiene unos 34 metros de fondo. A veces se compara con un laberinto, aunque en realidad es una sucesión de estancias con paredes de mallas. Una complicada estructura formada por un gran esqueleto de cables sobre el que se asientan las redes verticales, sujetas al fondo mediante miles de metros de cables de acero engrilletados a unas anclas de unos 450 Kg de peso cada una y sostenidas por corchos o flotadores en la parte superior. 
Barcos situados estratégicamente para cerrar el círculo, redes, bolas rosas flotantes que trazan el cuadro, cables que sujetan las puertas del copo y el capitán que dirige la levantá. Durante ese tiempo los atunes van entrando en el buche, pasando de una cámara a otra, hasta llegar al copo donde ya no hay salida. La captura presenta una novedad con respecto a años anteriores, ahora se emplea la “lupara” (escopeta submarina) que evita sufrimiento a los atunes.  
La talla legal mínima es de 30 kg de peso, pero no se suelen capturar con menos de 70 kg y por lo general el término alcanza los 170 kilos, entre otras razones porque los ejemplares más pequeños salen con facilidad de las redes, a través de unas mallas con aperturas de un metro, garantizando la sostenibilidad de la especie. También la suspensión de la pesca del “revés”, fase tras el desove cuando los atunes regresan al Atlántico en busca de alimento, favorece la protección de los recursos sin causar daño a la supervivencia de la especie.      
En Gadira Productos de Almadraba nos recibió elTécnico de la Delegación de Turismo del Ayuntamiento de Barbate, José María Rivera, tras dar la bienvenida y explicar lo que significa la industria del atún para la localidad y sus habitantes, iniciamos un recorrido por las instalaciones donde Ana Santos y Andrés Jordán, nos iban describiendo la biología, los hábitos, el ronqueo y tratamientos del Atún Rojo Salvaje. A la fábrica puede llegar de dos formas el atún: entero fresco para ultra congelar a solicitud de restaurantes o extraídos los lomos rápidamente para demanda de otras empresas del sector. Este sistema es muy aconsejable pues garantiza un punto de frescor máximo y el proceso de enfriado y congelación es más rápido.  
Uno de los principales problemas de la pesca es la conservación, el pescado fresco suele durar unos cinco días en buenas condiciones óptimas. Por ello, muchos de los atunes y otras especies como melvas, caballas, sardas…se emplean tradicionalmente para las conservas. La empresa Gadira tuvo la capacidad de instalar la tecnología que utilizan los barcos japoneses. Una fórmula ideal para conservar todas las propiedades nutricionales sin que le afecte para nada, es como tener atún fresco todo el año, se consigue congelando el atún recién capturado en túneles de congelación a -60º. Así puede mantenerse inalterable hasta cuatro años, en cambio si la congelación se hiciera a -30º, solo tendría una duración de entre quince y veinte días.  
Escuchando a los expertos siempre se aprenden cosas nuevas. En esta ocasión captamos que el índice de grasa solo se puede medir entre las piezas de un mismo pez. Las infiltraciones de un tarantelo será más graso que por ejemplo el plato. Pero si se trata de dos ejemplares diferentes pueden presentar grados de grasas diferentes en un mismo corte. Conclusión: cada pez es único.
Al finalizar la visita nos ofrecieron una degustación de conservas y semiconservas elaboradas por la empresa: Mojama, Bacoreta ahumada, Ijada de Bacoreta o  Sarda, con un proceso idéntico al de las anchoas, Melva, Atún marinado con limón, eneldo y aceite. Por último pasamos por la tienda para poder llevar algunos de estos ricos productos para compartir con las familias. 
A continuación nos dirigimos al restaurante El Capitán, abierto el verano del pasado año. Los hermanos Rivera Lóciga regentan este local decorado con mucho gusto, situado en el puerto de Barbate. Allí nos recibió Antonio quien tenía la mesa dispuesta en este establecimiento con vistas excelentes.  
El almuerzo fue preparado, como era de esperar, con Atún Rojo de Almadraba. Fue llegando presentado de diferentes formas. Primero, un Surtido de Ahumados y Salazones: mojama, ijada, sarda o bacoreta y corazón. Al mismo tiempo que referimos los platos vamos mostrando a los compañeros y amigos que realizamos la visita, un grupo muy agradable. De izquierda a derecha: Violeta Fernández, Iván Ricoy, Ralu Arribas y Carmen Ibáñez.  
Luego llegarían las recetas más japonesas, por un lado un Tartar elaborado con el corte del descargado, aderezado con cebollinos, vinagreta de wasabi, aceite de sésamo, cilantro y salsa teriyaki. Aquí los amigos: Lola López, Antonio Vizcaíno y Manuel Ruiz Torres.
Por otro, Sashimi  con Ajoblanco ySemillas de Amapolas. En esta imagen, nuestra queridas Charo Barrios, Liliane Dahlmann y Lourdes Rosano.
A continuación las fórmulas más tradicionales en la tierra: Atún Encebollado al estilo de La Janda.  En esta instantánea: Manuel Fernández-Trujillo, Pepe. P. Moreno y Carlos Spínola del Grupo Gastronómico Gaditano.
 Otro clásico el Atún en Tomate. Aquí repite Lola López, acompañando a Antonio Reyes. 

Para concluir con un variado de piezas a la plancha: Ventresca, tarantelo y lomo. Terminamos con un Sorbete de Mandarina pues no quedaba una dulce visita que contaremos en la segunda parte... Y con unas simpáticas fotos de dos compañeras Ángela Gallego y Pepi Relinque.     
Aquí podemos atestiguar que estuvimos presente en las interesantes actividades de la jornada dedicada a Barbate. ¡Hasta pronto!

BARBATE ENTRE SABORES.- II PARTE: LA EXQUISITA DULCERÍA DE PEPI MARTÍNEZ.

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Hemos definido en alguna ocasión a Cádiz como una provincia de contrastes diversos, incluso en una misma localidad observamos aspectos diferentes. En el caso de Barbate, podemos disfrutar de preciosos parajes de dunas, marismas, acantilados, bosque de pinos piñoneros y denso matorral mediterráneo, un extenso litoral con aguas bañadas por el Atlántico… En este lugar, la gastronomía también es variada, encontramos las almadrabas, un arte de pesca ancestral que nos deja uno de los tesoros más apreciado de nuestras costas: el Atún Rojo Salvaje (de él hemos hablado en la entrada anterior entre-sabores-atun-rojo) En torno al atún se percibe un arduo trabajo: el ajetreo y la dura faena de los pescadores, las pesadas anclas y el entramado de redes utilizadas para la captura, la brega de los grandes peces en el laberinto donde son atrapados… 
En contrapunto el pueblo marinero posee un obrador tranquilo, aromático, con el encanto especial de continuar la tradición familiar: transformar harinas, azúcares, cacaos, leche, frutas y otros muchos alimentos en deliciosos pasteles, helados y bombones. En la actualidad Pepi Martínez es su principal artífice, junto con sus hermanos Juan y Andrés forman la tercera generación de la empresa familiar Tres MartínezUna auténtica suerte para nosotros es que los tres hermanos hayan seguido la dulce labor familiar, iniciada por su abuelo Andrés Martínez Moreno, allá por el año 1886 y continuada por sus hijos, entre ellos Juan, padre de los propietarios actuales. El azar quiso que Juan conociera a una experta heladera, Trinidad Nuñez, que desde pequeña ayudaba a su familia en esos cremosos y refrescantes menesteres y tiempo después contrajeran matrimonio.  
En ese ambiente crecieron sus hijos que en la actualidad siguen la línea clásica de los pasteles, intentando recuperar y ofrecer dulces que en su día le dieron fama a sus padres: piñonadas, roscos, merengues, cocadas… Pepi, es la más creativa y avanzada, una mujer delicada, dulce de carácter y capaz de convertir todo lo que sus manos tocan en elaboraciones deliciosas, exquisitas y únicas. No hay nada mejor que hacer lo que a uno le gusta, y a ella le encanta la dulcería. Se le nota cuando habla de su profesión, cuando explica un proceso, cuando coloca con una cucharilla común una quenefa de helado en una tulipa…
Su vocación natural por la pastelería, le lleva a una búsqueda constante por la excelencia de sus elaboraciones. Pasteles innovadores, suaves, con ingredientes diversos que les otorgan sabores y técnicas que les aportan texturas maravillosas. El atractivo escaparate y el delicioso aroma que emana al pasar por delante de sus confiterías, invitan al caminante a entrar y llevarse una caja o bandeja de dulces. ¡Ah! No olviden chocolates, bombones, línea gourmet de alta calidad envasada con distintivos e incluso tabletas sin gluten para celíacos. Para aseguraros la existencia, podéis realizar un encargar previo llamando al teléfono 956434133 o a través del Email: pepi@tresmartinez.com. También se puede comprar on-line a través de tresmartinez.com/tienda/
Emplea principalmente cacao Valrhona, uno de los mejores del mercado, utilizando tres clases de cacao: Criollo, Forastero y Trinitario. Hace combinaciones con ellos y maneja el chocolate con una maestría absoluta, realizando excelentes bombones y chocolates totalmente artesanales con la delicadeza innata de Pepi. Ella sabe y le apasiona jugar con las distintas texturas y emplea sabores originales como regaliz, canela o jamón. ¡Sí, sí han leído bien, jamón! Revela que uno de los secretos de la gran calidad de sus productos es la elección de materia prima e ingredientes de primera calidad. En ocasiones realiza Catas de Chocolates, tuvimos la suerte de asistir a una, asegurando que es un deleite para los sentidos. Si tienen oportunidad de acudir, no se la pierdan.  
En esa línea ha creado unas “roquitas de mar” donde emplea coberturas de chocolates negro, con leche y blanco, combinándolos con naranja, almendra, nueces y piñones. Quizás eso sería lo normal en una profesional, pero ella va mucho más lejos y consigue mezclar esos ingredientes con maruca, mojama y bonito curado. Nos cuenta con una sencillez absoluta que fue modificándolos poco a poco hasta conseguir que los sabores se integraran perfectamente en los bombones, sin que los contrastes extrañen al paladar. De ello podemos dar fé. 
En el pulcro obrador nos mostró la maquinaria y explicó la elaboración de algunos de sus productos. Refirió que de más del centenar de pasteles distintos que elabora Tres Martínez, seis están incluidos dentro de la marca Parque Natural de Andalucía, por este motivo la empresa ha sido distinguida por la Junta de Andalucía. Esos dulces son los siguientes: Rocas del Tajo, con coberturas de chocolates diferentes, además de ingredientes como frutos secos, entre otros, son similares a las que hemos hablado en el párrafo anterior, pero no llevan  salazones; Piñonadas de la Breña, preparadas en un 95% con piñones del Parque Natural; Sardinillas dulces de Barbate, hechas de mazapán de almendras que se trituran en el propio obrador y que se presentan en un envase similar a una lata de conservas, homenaje a la tradición marinera de la localidad;  Boleros, tortas de almendras sin contenido alguno de harina; Guirlaches, tortitas crujientes de almendras laminadas con miel y una cubierta de chocolate y Pan de Cádiz, mazapán de almendra con yema y frutas escarchadas. Todos los ingredientes son de la zona próxima al Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate, como piñones, miel, meloja… Intentan evitar los productos químicos por otros más naturales, es el caso del empleo de la vainilla natural. 
Llevamos años siguiendo a Pepi Martínez y nos sigue sorprendiendo, al punto que pensamos y se lo comentamos a ella misma, que si se hubiese instalado en Madrid o Barcelona el reconocimiento sería mayúsculo. La respuesta de esta mujer honesta y sencilla fue igualmente grande: “Me han propuesto trasladarme un tiempo a Francia, precisamente los responsables de las fábricas donde compro los distintos chocolates, pero no me compensa dejar mi tierra, mi familia, mis gentes y mi labor aquí por lograr fama”
Extraordinaria mujer con ideas claras, imaginación fantástica para crear y que triunfa donde ella ha elegido: Barbate, la tierra gaditana que ama. Tiene nuestra admiración y deseamos que si aún no la conocéis, lo hagáis cuanto antes, a ella, a la empresa familiar y a todos sus productos. Seguro pasaréis a pertenecer al club de admiradores.  

FERNANDO COUCHEIRO HABLA EN EL ATENEO SOBRE “EL ATÚN DE ALMADRABA, UN TESORO MILENARIO EN VANGUARDIA”

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A finales de mayo dimos por concluido el curso de las tertulias gastronómicas que celebramos en el Ateneo de Cádiz. En la misma intervino el reconocido  pescadero titular del puesto nº 121 del Mercado Central de Abastos, Fernando Coucheiro Riobó, con la charla “El Atún de Almadraba, un tesoro milenario en vanguardia”. El público participó intensamente con diversas preguntas, incluso se quedaron con ganas de más al finalizar la reunión según el horario previsto. 
La vocal del Ateneo gaditano y coordinadora de las tertulias gastronómicas dio la bienvenida a los asistentes, agradeciendo de forma particular y en nombre de la entidad que representa, la participación de Fernando Coucheiro, que desde un primer momento se mostró dispuesto a compartir sus conocimientos con los seguidores de estas actividades culinarias.
A continuación realizó una breve presentación al pescadero, que lleva una trayectoria impecable tras casi 30 años en “La Plaza de Cádiz” y que cuando la clientela va por atún, no duda en acercarse a su puesto el nº 121. De ahí le viene el apelativo cariñoso de “El Duque”. En referencia a la conocida expresión: “A por atún y a ver al Duque”, dedicada en su momento a don Alonso Pérez de Guzmán, Duque de Medina-Sidonia. En apariencia se iba a comprar el pescado, pero éste no era imprescindible y tampoco llegaría en buenas condiciones a la mesa del comprador si tenía que viajar días. Era una buena excusa el ir a comprar atún y encontrarse con el todopoderoso aristócrata para aprovechar y obtener algún beneficio adicional a la visita; ese contacto era el principal motivo para emprender el largo viaje desde cualquier punto de España, hasta la entonces no tan accesible costa andaluza. Las almadrabas estuvieron bajo el dominio de la Casa de Medina-Sidonia durante seis siglos. 
Fotografía de Juan Virues, realizada para este blog  por gentileza de Fernando Coucheiro y el reconocido fotógrafo.

A Fernando Coucheiro la destreza y maestría con el pescado “de corte”, también llamado “de cuero”, le viene de familia. Sus ascendientes paternos llegan a Cádiz cuando Manuel, padre de Fernando contaba con 8 años de vida. Manuel Coucheiro Carbia, padre de nuestro invitado, empezó a trabajar cuando apenas contaba con 13 años en el Bar Botica y al poco tiempo se ganó la confianza de su jefe que enseguida lo dejó como encargado, pese a su juventud. Cumplía años e iba adquiriendo conocimientos, así que Manuel pensó en independizare y comenzar a trabajar como exportador de pescado, siendo el mayor expedidor de huevas de merluza en aquella época, principalmente para las provincias de Sevilla y Córdoba. 
A principio de la década de los años sesenta adquiere, junto a su hermano Ovidio, el puesto nº 62 de la antigua Plaza de Abastos de Cádiz, especializándose en  atún, pez de espada, salmón, marrajo…, aunque continuaron con sus labores de exportadores. Transcurría así su vida cuando el destino quiso que conociera a Aurelia Riobó, curiosamente llegada desde la misma provincia de Pontevedra. Su padre trabajaba de contramaestre en un barco de pesca y una vez que desembarcó en la capital gaditana, tomó la determinación de instalarse aquí junto a su familia. 
Tuvieron tres hijos, siendo el más pequeño nuestro invitado Fernando Coucheiro Riobó. Nació en la gaditana calle Circo yde niño  inició su formación en el  colegio la Sagrada Familia. Luego pasaría al colegio marianista San Felipe, en el casco histórico de la ciudad, finalizando su Formación Profesional como electricista en Los Salesianos. Pero…la luz enfocó su camino directamente a la profesión de su padre. 
Al concluir el servicio militar toma dos decisiones trascendentales para encaminar su rumbo: una, seguir los pasos laborales de su padre y de su tío; la segunda casarse en 1987 con la que es la mujer de su vida, Amalia Solano, siendo ambos muy jóvenes. Tienen una hija y un hijo de los que se sienten especialmente orgullosos. 
Fotografía cedida por Fernando Coucheiro.

Fernando Coucheiro aprendió pronto de su padre y con 22 años llevó  perfectamente la exportación de pescados. Luego compaginó este trabajo con el de la pescadería, hasta que finalmente se hizo con el traspaso del negocio donde había ejercido su familia. Hace más o menos diez años, hubo una eclosión en los mercados gaditanos del atún rojo salvaje, en gran parte por la demanda del mercado japonés, y Fernando desde entonces se centra particularmente en esta especie. 
Fotografía de Juan Virues, realizada para este blog  por gentileza de Fernando Coucheiro y el reconocido fotógrafo.

Nuestro invitado empezó su exposición haciendo una breve referencia histórica, manifestando que desde hace más de tres mil años, los pescadores gaditanos capturan el atún salvaje entrada la primavera, en el momento que cruzan por el Estrecho de Gibraltar dirección al mar Mediterráneo. Este gran pez aparece en las monedas fenicias acuñadas en Cádiz, aunque hay indicios que esta pesca pudiera ser conocida y practicada con anterioridad. Las factorías de salazones cobraron gran notoriedad y elaboraron los mejores Garum de la historia que consumían aquí y se exportaban por todo el Imperio Romano. El geógrafo e historiador griego, Estrabón (63 a.C.) habla de la zona como un emporio con fábricas de salazones y ya dice de estos grandes peces que son una especie de cerdos del mar.
Hizo un repaso a las almadrabas, el ancestral arte de pesca. El término proviene del árabe y significa lugar donde se lucha. (Más información sobre el atún y almadrabas en el enlace). En nuestro país siguen existiendo cuatro almadrabas situadas en nuestras costas: Zahara de los Atunes, Barbate, Conil de la Frontera y Tarifa, este sistema de captura es muy valorado en nuestro país e internacionalmente. 
El atún rojo salvaje (Thunnus thynnus) es el más versátil y sabroso de las especies. Pasa el invierno alimentándose en las frías aguas del Atlántico Norte, al llegar el mes de marzo emprende su viaje de más de 2.500 millas con rumbo a las aguas cálidas del Mediterráneo para reproducirse. Durante el traslado no comen y tampoco se detienen ante nada. Emigran en grupos muy numerosos, formando bancos y se aproximan a las costas gaditanas aprovechando las fuertes corrientes marinas del Estrecho de Gibraltar hasta alcanzar su destino.
                                                                         Fotografía cedida por Fernando Coucheiro 

Fernando considera que atún de calidad puede comerse prácticamente durante todo el año, pues aunque el atún rojo salvaje de almadraba tiene su temporada, hay otras especies que son muy apropiadas para su consumo. Es el caso del YellowFin o atún de cola amarilla (Thunnus albacares) o el Big Eye (Thunnus Obesus) conocido como el atún patudo. Ahora bien, considera muy importante el etiquetado, imprescindible para conocer el producto que está a la venta. Evidentemente esto evita también algún tipo de fraude, apuntando también que el consumidor debe saber que un comerciante no puede vender  atún rojo salvaje por debajo de su precio, pues no sería rentable. 
Igualmente es importante conocer lasdistintas partes del atún y cuales son las más adecuadas para cocinarlas de una u otra manera. Hay que tener en cuenta que las distintas piezas varían en grasas, texturas e inclusive sabor, por lo tanto es interesante saber cuáles son las más idóneas para la elaboración que decidamos y si no lo tenemos claro, podemos preguntar siempre a nuestro pescadero de confianza.  
Tras la provechosa introducción se dispuso a realizar un ronqueo virtual, mostrando imágenes de cada parte del atún, señalando las piezas más cotizadas y reseñando el uso de cada una de ellas. Insistió en el aprovechamiento total del atún y apuntó que siendo de calidad, cualquier porción está buena con una adecuada preparación. Nosotros añadimos, que además se debe evitar la cocción excesiva, así se consigue mayor jugosidad, mejores texturas y un óptimo sabor.
Significó que el ronqueo es el tradicional despiece del atún rojo, que como hemos referido en otras ocasiones viene determinada por el ruido que hace el cuchillo al rozar con el espinazo del pez. En total se extraen 24 piezas que se aprovecha prácticamente al cien por cien, unas serán para su consumo fresco y otras para la realización de productos elaborados. Los cortes son realizados de manera manual y se hace en función del grado de grasa que presenta el músculo. Asimismo la grasa también determinará el destino en la cocina, generalmente las partes más secas son apropiadas para preparaciones que lleven grasa en su elaboración. Las partes que presentan mayor cantidad de grasa se pueden comer en crudo o sin apenas elaboración, solo marcadas en la plancha.
Para que nos familiarizáramos con los nombres de los despieces japoneses equivalentes a nuestro ronqueo de atún rojo de almadraba, nuestro pescadero especialista nos ofreció una imagen con la división, avisando que aún hay partes que no están especificadas en la ilustración.   

Empezamos el despiece por la cabeza, de la cual se extraen cinco piezas: morrillo, mormos, contramormo, facera y galete. Morrillo se sitúa en la parte posterior de la cabeza del atún, justo antes de comenzar el lomo negro, su carne es muy codiciada por ser la más apreciada del atún; es ideal para tomar al horno y a la plancha. Mormos, pieza de textura fina con buen equilibrio entre músculo y grasa, es muy apropiado para guisos y escabeches. Contramormos, parte rica en grasa que le confiere mucho sabor y jugosidad; preparado al horno,  a baja temperatura o en adobo, se obtiene muy buenos resultados.
La Facera es la membrana gelatinosa que está junto y bajo los ojos, es conocida como la carrillada del atún por su semejanza a la del cerdo. El Galete es una pequeña pieza situada en la cara el atún: estofado, guisado con arroz y al horno, resulta muy sabroso. La parte de la cabeza es menos demandada en el mercado japonés y hasta no hace mucho, se desechaban. Por suerte, contamos con cocineros que han sabido valorar a calidad y versatilidad de estos cortes con los que se hacen ricos platos. 
A continuación tenemos las piezas de la parte superior del atún: solomillo, lomo negro y cola negra. Estas piezas son llamadas negras por el color de la piel exterior, más oscura en esa zona. El Solomillo es la pieza que une al morrillo con el lomo, siendo una mezcla de ambos. Tiene una textura consistente y una buena proporción de grasa, con un grado de infiltración muy alto, es muy adecuado tanto para su uso en crudo como para hacerlo a la plancha. El Lomo negroes la pieza superior del atún que va desde la cabeza a la cola con la aleta dorsal; es utilizado para elaboración de la mojama de almadraba y para preparaciones en crudo, entre ellos el ceviche, aunque también se puede emplear el lomo blanco. 
En la parte interna del lomo negro encontramos el Descargamento, que se sitúa sobre la espineta. Es una pieza magra, a diferencia de otras partes del atún, no predominan los niveles de grasa. Se prepara igualmente en salazón, siendo también muy apreciada para las elaboraciones en crudo de corte asiático. En la parte exterior del lomo negro se encuentra la pieza llamada Plato, hay quien dice que es “el tarantelo del lomo negro”, aunque es menos jugoso; se puede consumir crudo o a la brasa poco hecho. Por último nosqueda hablar de la Cola Negra, es la parte alta de la cola. Se puede utilizar para guisos, salazones y elaboración de tartar. 
En la parte inferior del atún está el Lomo blanco, que va desde la cabeza a la cola con la aleta final. Ijar, Ijada, Barriga, Ventresca, podemos encontrar esta pieza con estos nombres distintos y algunos más, depende de la zona geográfica donde nos encontremos. Muy valorada en la cultura culinaria japonesa por la vetas de grasa, siendo muy adecuada para la brasa, también cruda para sashimi y sushi. Tarantelo, parte triangular que forma parte del lomo blanco, situada entre la ventresca y la cola blanca. Es semi-grasa, por ello se dice que es la parte del atún con la grasa perfecta, suele utilizarse a la plancha pero también para tatakis o para elaborar atún encebollado. Para esta receta tan tradicional, también se utilizan mormo, contramormo, parpatana…Descargado, parte interna del lomo blanco que se sitúa junto a la espineta, se puede emplear para tataki, tartar o prepararla para hacer mojama de almadraba. La parte baja la terminamos con la Cola blanca, al igual que la cola negra, es una de la partes menos jugosas del pez. Al igual que la otra parte de la cola, se utiliza en cocina para guisos, tartar, albóndigas y hamburguesas, también se prepara en salazón.  

Otras partes internas del atún utilizadas en la cocina, aparte de las nombradas de la cabeza son: Parpatana, Corazón, Espinazo, hueva de grano y hueva de leche. La Parpatana, pieza que rodea la boca por abajo, mandíbula y cuello. Está considerada como una delicia gourmet, aunque es desconocida por muchos cada vez se utiliza más en cocina por su contenido graso diferente, sin fibras. Su apariencia es muy parecida al chuletón de ternera por lo que se puede preparar de manera similar a la carne, teniendo en cuenta que hay que equilibrar los niveles de grasas. 
El Corazón se encuentra en la parte inferior del pez junto al hígado y el buche, con estas dos partes se puede preparar Paté y Callos de Atún rojo, respectivamente. El corazón es de color rojizo oscuro, de gran carnosidad y potente sabor. Aunque no es conocido suficientemente por el público, es muy codiciado por aquellos que lo conocen. Hay que decir que esta víscera ha sido consumida siempre por los almadraberos que se quedaban con las partes menos nobles del atún, ellos la valoraban a la hora de comerla y sabían de sus propiedades energéticas. Una de las fórmulas tradicional es su consumo en salazón, similar a la mojama, pero con un extra de sabor y crujiente. También ofrece otras  posibilidades: fileteado a la plancha, aliñado, en ensaladas, en morcillas para acompañar los callos de atún…También decir que las vísceras son usadas para la elaboración de harinas. 
El espinazo está pegado a la espina central, esta parte queda después de haber extraídos los lomos y solomillos de la pieza. Tiene un potente sabor por su alto contenido en sangre y se cocina de manera similar al costillar de ternera. La hueva de grano del atún hembra puede llegar a pesar más de un kilo. Es costumbre consumirla cocida o seca, hay firmas que las preparan cocidas y envasadas al vacío, listas para su consumo. Esto evita la complicación que suponía cocer una pieza de este tamaño sin que sufriese una rotura y por lo tanto la salida del grano. Son idóneas para tomarlas de aperitivos, acompañadas con un toque de aceite o aliñadas en ensaladas, también admiten otras elaboraciones como a la plancha, rebozadas…La hueva de leche de atún macho, se suele preparar cocida con agua y sal y presentada en pequeñas porciones bien aliñadas o fritas.  
Para demostrar que del atún rojo salvaje se aprovecha todo, Fernando Coucheiro aportó una receta hecha con la piel del atún, Corteza o Toreznos de Atún.  Nos desveló que este plato lo consiguió Carlos Caburrasi, después de varios intentos y que recoge en su blog: notengothermomix. Se cocina con la piel cocida en agua y sal. Posteriormente se eliminan todas las escamas y si hay restos de carne también, debido a que lo único que interesa para esta receta son las pieles. Luego se somete al secado total, la deshidratación se efectúa en el horno lentamente y por último se fríen en abundante aceite. Aseguró que están riquísimas y que tienen mucha semejanza con las cortezas de cerdo, con la particularidad que su grasa es mucho más sana, pues tiene gran cantidad de Omega 3. La foto habla por sí sola, habrá que probar ese manjar. Para más detalles dejo el enlace: aperitivos/cortezas-de-atún/
Fotografía de Carlos Caburrasi publicada en su blog: No tengo Thermomix

Y hasta aquí este resumen de la interesante y completa charla que nos ofreció Fernando Coucheiro, un lujo para nuestros mercados y por supuesto una de los profesionales que mejor nos puede asesorar a la hora de compra atún para prepararlo en casa.

A él reiterarle nuestro agradecimiento y a todos los que nos siguen en nuestras tertulias gastronómicas, despedirnos hasta el próximo curso. ¡A disfrutar del verano!
             Fotografía de Juan Virues, realizada para este blog  por gentileza de Fernando Coucheiro y el reconocido fotógrafo.

LA NUEVA IMAGEN DE LA VENTA MELCHOR

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Nos avisaron los propietarios de la Venta Melchor, Petri Benítez y Juan Carlos Almazo, de la reapertura de su restaurante después de cerca de siete meses que ha durado la reforma. Les agradecimos en su momento la invitación, pero por circunstancias no pudimos asistir. Evidentemente les debíamos la visita y aprovechando que teníamos a unos amigos de vacaciones por nuestra tierra, reservamos hace unas semanas y nos dirigimos a El Colorado (Conil de la Frontera). 

El blanco y la luz destacan y hermosean el local, que a pesar de su modernización no pierde la esencia de venta. Conserva el antiguo letrero de azulejos, donde reza: “Venta Melchor, fundada en 1960”. La entrada, recuerda a los tradicionales establecimientos que disponían de estanterías con productos de alimentación y conservas, además de cajones de madera para las legumbres, aunque luciendo un blanco inmaculado. 
Mientras que recorremos las distintas estancias, distinguimos alguna nevera y otros enseres antiguos. La atractiva bodeguita acristalada luce en el salón interior que se ha respetado casi en su totalidad; eso sí más luminoso debido a la luz natural que irrumpe desde el nuevo comedor ubicado en la terraza, lugar con un atractivo especial para comer y disfrutar de una buena sobremesa.  
La cocina se ha beneficiado de la ampliación y allí se mueve con profesionalidad y eficacia, la Jefa de Cocina Petri Benítez, otra de las joyas del patrimonio culinario gaditano. Vivaz, agradable, natural y con un don innato para hacer disfrutar a los comensales.  
Domina las recetas clásicas pero también se atreve a darles toques actuales. Eso sí, respetando siempre la calidad, la estacionalidad y siendo para ella un referente los productos de la zona. 

La carta con nuevo diseño, hace dudar al más seguro de los comensales, es apetitosa y con solo leer los nombres de los platos, se antojan todos. Si deseamos que nos aclaren las ideas, contamos con Juan Carlos que se esfuerza para que disfrutemos de nuestra estancia en la casa.    
"Paté casero de perdiz de la comarca de La Janda", "Buñuelos de camarones de La Isla", "Atún rojo de almadraba" preparado de distintas maneras, "Garbanzos de Naveros con rabo de ternera retinta", "Berza de judías verdes, calabazas y chícharos", "Calamares rellenos de marisco", "San Jacobo de ibéricos con queso El Bosqueño", "Flan de piñones de la dehesa de Roche", "Tarta de queso fresco El Gazul con mermelada de nísperos…todo un homenaje a los pescados, carnes, verduras, frutas y demás productos de la tierra gaditana; elaborados siguiendo el lema propio de la venta: “una olla de verdades” y cocinados por una mujer que resuma más autenticidad que sus propias ollas. 



"20 AÑOS DE LA WEB G.G.G.” ABRE EL CURSO DE LAS TERTULIAS GASTRONÓMICAS EN EL ATENEO DE CÁDIZ

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Queridos ateneístas y amigos:

El próximo miércoles día 15 de noviembre a las 19:00 horas, iniciaremos un nuevo curso dedicado a las Tertulias Gastronómicas, materia presente entre las muchas e interesantes actividades que el Ateneo Literario, Científico y Artístico de Cádiz ofrece al público anualmente. El acto tendrá lugar, como es habitual, en la sede de la calle Ancha, nº 20.

El período 2017-2018 se abrirá con la charla sobre los "20 AÑOS DE LA WEB GRUPO GASTRONÓMIO GADITANO”. Creada por José Luis Flores Paniego, componente del Grupo desde 1993, es una de las páginas pioneras que tiene como objetivo proteger y difundir la gastronomía y cocina gaditana. En la actualidad sigue siendo responsable de la web que recoge artículos, recetas, premios y otras actividades culinarias del G.G.G. 

Foto cedida por el G.G.G.

A la espléndida trayectoria del Grupo, que el próximo abril cumplirá  treinta y dos años de existencia, se le suma este señalado aniversario. Por ello deseamos nos acompañéis el día reseñado para mostrarles nuestro cariño y conocer más en profundidad sus experiencias en las redes sociales.      

Al finalizar su intervención podremos realizarles preguntas sobre el tema, estarán encantados de responder a nuestras curiosidades.     

¡Tomen buena nota! Las previsiones meteorológicas pronostican tiempo estable, así que os esperamos.

 Afectuosos saludos,

                                                                     María Luisa Ucero Manzano
Coordinadora Tertulias Gastronómicas
                                                                             Ateneo de Cádiz     
                                                                   
                                                                          

LA WEB DEL G.G.G. DOS DÉCADAS DE INFORMACIÓN EN LAS TERTULIAS GASTRONÓMICAS DEL ATENEO DE CÁDIZ

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Las tertulias gastronómicas del Ateneo de Cádiz comienzan un nuevo curso con la conmemoración de los “20 años de la web del Grupo Gastronómico Gaditano”. La coordinadora tras su saludo inicial a los presentes y un resumen de la trayectoria de esta asociación constituida en el año 1986, les agradeció a los componentes hubiesen elegido a esta Institución y a las referidas tertulias para este especial aniversario.   

A continuación cedió la palabra al compañero ateneísta, Presidente y socio fundador del G.G.G., José Manuel Pérez Moreno, quien presentó a su compañero José Luis Flores Paniego, creador y responsable de la página web grupogastronomicogaditano desde 1997. Pérez Moreno con su especial sentido del humor explicó como su compañero, manchego de nacimiento, de la tierra de las andanzas del Quijote, de la ciudadrealeña Alcázar de San Juan y sin traer consigo las tres marcas gaditanas ineludibles de nacimiento, que empiezan por la letra C: caletero, carnavalero y capillita, llegó a ser el artífice de la web.
Foto cedida por el Ateneo de Cádiz

La explicación posterior fue convincente para entender que nuestro amigo José Luis se sienta manchego y gaditano. Llegó a Cádiz hace más de cuarenta años, donde estudió y luego ejerció como ingeniero naval. Se casó con una gaditana, naciendo sus hijos en esta ciudad. En este lugar se ha sentido seducido no solo por su familia y profesión, también por su cultura, por sus costumbres y como no podía ser de otra forma en un gastrónomo vocacional, por la cocina y la gastronomía de nuestra tierra. 
Esta suculenta y sabrosa afición le lleva en el año 1993 a ingresar en el Grupo de la mano de otro querido amigo, Eugenio Barea, Presidente fundador. Tras un tiempo pensando una fórmula para informar y difundir la gastronomía de Cádiz y su provincia, sin que ello fuese un desembolso considerable, le viene la idea de aprovechar su afición a la informática para crear la web. Gracias a esos conocimientos, tenacidad y esfuerzo,  logra con éxito entrar en el mundo de la comunicación por las redes sociales y sin apenas desembolso económico.
Concluida la intervención del Presidente del Grupo, José Manuel Pérez, le cedió la palabra a José Luis Flores, que contó cómo fue la creación de la página en 1997, e hizo un recorrido por las distintas modificaciones realizadas, acompañado de una proyección, donde se iba visualizando la adaptación a través del  tiempo. Mostró los importantes cambios de diseño, donde se podía apreciar la baja resolución de las fotografías, debido a que las cámaras por entonces no eran digitales, pues empezaban a llegar al mercado con un alto coste en sus comienzos y la calidad de los escáner tampoco eran los de la actualidad. Tras el diseño primitivo se pasó a otro, tipo magazine, con una página principal en la que se destacaba lo importante de cada actualización, aparte de tener un menú con las secciones habituales.

Se han realizado otras pequeñas modificaciones hasta llegar al cambio actual que incluye diseños nuevos, páginas amplias, menús desplegables, videos y otras herramientas digitales que hacen muy atractiva y amena la actual web.   
Las secciones son diversas. La primera podríamos decir que es la dedicada a mostrar a los componentes del Grupo, cada uno con su foto y una pequeña reseña. Es muy divertido ver como cuando se sitúa el cursor encima de una de las imágenes, podemos ver de niño al miembro del Grupo. 
Está la que recoge todos y cada uno de los premios otorgados por el G.G.G. desde 1987. En otro apartado encontraremos los eventos y actividades que han intervenido. No podría faltar la sección de las recetas y además cuentan con lugares destinados a sus libros, audiovisuales y el enlace directo con su Facebook. 

En resumidas cuentas tenemos al alcance de un clic, el material particular del Grupo Gastronómico Gaditano y se lo debemos a la brillante idea de José Luis Flores, que hace ni más ni menos que 20 Años, se atrevió a explorar en algo tan novedoso y todavía de poco uso que era internet.
Al final de la exposición hubo algunas preguntas de los asistentes y una cerrada ovación de felicitación por el aniversario y por la exposición. Una vez concluido el acto los componentes del Grupo Gastronómico Gaditano ofrecieron una copa y un aperitivo muy gaditano.  
Imagen cedida por el Ateneo de Cádiz
¡Enhorabuena por la labor a lo largo de este tiempo y un brindis por muchísimos años más de comunicación y amistad!

OLVERA, DESCÚBRELA

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Sobre un empinado cerro se extiende la hermosa localidad de Olvera, desde su punto más alto podemos divisar un espléndido paisaje que invita a regresar una y otra vez para descubrir sus rincones con lentitud.
Allí tenemos al amigo Paco Medina, conocido profesional que regenta la Bodeguita "Mi Pueblo" y autor del libro “La Tapa Antigua” publicado por la Diputación de Cádiz. Empezó por los años noventa y aunque ha cambiado en varias ocasiones de local, siempre su bar-restaurante ha llevado el nombre de “Mi Pueblo”´. El motivo es sencillo, Paco, es un enamorado del lugar, con un don especial para las relaciones públicas, además de un defensor de la gastronomía casera local.
Así que un buen día nos propuso a nuestra querida Lola López del Blog "La Fritada" y a nosotros, que organizáramos un grupo de amigos vinculados con la gastronomía para realizar una visita a Olvera y él se encargaría de preparar las actividades. El resultado no ha podido ser mejor, por ello queremos compartir la experiencia con vosotros para que en cualquier momento que podáis, disfrutéis de una vivencia parecida. 
Hay que significar que nosotros lo hemos tenido muy fácil, gracias a que Paco Medina, nos ofreció un trato exquisito desde la llegada hasta la despedida. Nos condujo a los distintos lugares del pueblo, llevó a algunas personas del grupo en su propio coche, nos presentó a los propietarios de las empresas que visitamos y en su restaurante nos ofreció un derroche de atenciones para que volviésemos contentos de Olvera y desde luego lo consiguió. 
Empezaremos a contar la fructífera visita guiada que iniciamos en la plaza  de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Encarnación, la monumental iglesia de estilo neoclásico construida sobre la antigua de estilo gótico-mudéjar, de la cual aún se conserva su ábside. 
Continuamos con un bello recorrido por el Barrio de la Villa, formado por tranquilas y estrechas calles, casas blancas a distintos niveles que junto a la iglesia y el Castillo conformaban la ciudad fortificada árabe.  
Seguimos con interés las explicaciones ofrecidas por Sara, guía de la Oficina de Turismo de Olvera y que no llevaría hasta el próximo destino, el Castillo.
Construido a finales del siglo XII, el Castillo formaba parte del sistema nazarí de Granada. Su posición estratégica permitía divisar las fronteras de los musulmanes y los cristianos.
La fortaleza consta además de la torre del homenaje, que tiene forma de cubo y dispone de dos plantas, lienzo de muralla con paso de ronda, un recinto subterráneo y dos aljibes, uno de ellos suministraba agua a la torre. A su zona más alta se accede a través de una estrecha escalera de caracol. 
Asentado sobre el paseo de ronda de las murallas se encuentra La Cilla, nombre que recibía la casa o cámara donde se recogía el grano, es decir el antiguo depósito para diezmos. En este lugar se entregaba la décima parte de la cosecha como tributo a la iglesia o al rey. En la actualidad se encuentra la Oficina Municipal de Turismo y Museo la Frontera y los Castillos
En el museo se muestran los principales rasgos de la vida en la frontera de forma didáctica y escenográfica, además de maquetas y paneles que informan sobre la historia de la localidad.   
A unos dos kilómetros de la población se sitúa el Santuario de la Virgen de los Remedios, patrona de Olvera. Cuenta con gran devoción entre los habitantes y en sus alrededores se celebra la Romería del Lunes de Quasimodo, el segundo lunes tras la fiesta de la Resurrección. 
Este día es tradición degustar la torta del lunes, llamada también hornazo, torta de pellizco, bollo o torta de aceite y almendras... Se suele elaborar con masa de pan, aceite, azúcar, limón, matalahúva y almendras. En la fiesta esta torta se emplea como base para sostener el huevo del hornazo y se decora con golosinas especialmente para los niños. Era habitual hacerla en casa, aún hay personas que la siguen elaborando de forma casera, aunque en la actualidad se consume durante todo el año, constituyendo un atractivo gastronómico para los visitantes que pasan por las confiterías de la población para compartirla con la familia. Nosotros tuvimos la oportunidad de probar la elaborada en la cafetería Hipanova, situada en la Avenida Juliá Besteiro, nº 140. 
Paco Medina es un enamorado de la cocina tradicional y esta afición la comparte con su mujer, Lola, quien le acompaña en el local; de esta forma Paco, a las horas de las comidas puede atender a los clientes en la barra y la sala. Le avalan más de veinticinco años de experiencia profesional. También le gusta experimentar con nuevas tapas pero sin perder la esencia. Pues dejamos a su criterio la preparación del menú que empezó en primer lugar con unas clásicas tapas de Sangre en tomate, Higadito y Chorizo de la tierra.   
Luego llegarían una Ensalada de mango con Atún maceradoy unSurtido de croquetas de rabo de toro, de carabineros y las llamadas “del Cádiz”.  Estas últimas son similares a las croquetas del puchero pero él le aporta color amarillo en honor al equipo de futbol gaditano. 
En el siguiente tramo llegarían los Langostinos al vino Alfonso, Tostaditas de lomo en manteca y las de Solomillo de atún con salsa de cerezas.   
Un nuevo trecho lo compondrían los platos de Pluma ibérica al Pedro Ximénez y Tierra y mar, un salteado de pulpo, langostinos y champiñones. 
Por si era poco llegarían los postres: Tartas de Queso, de Chocolate y de Carne Membrillo. 
Al día siguiente los que nos quedamos allí, volvimos pero en esta ocasión comimos bastante más ligeritos: Carne con tomate para compartir y un plato individual de Huevos rotos con jamón y trufa
Paco Medina preparó dos visitas gastronómicas, la primera a una fábrica de embutidos y la segunda a una almazara. Al llegar a la Cooperativa la Serrana nos presentó a José Pérez Gómez, que nos explicó el proceso de elaboración y parte de la historia de la empresa. La fábrica de embutidos fue creada por emigrantes olvereños que regresaron a su pueblo natal después de años de trabajo en diferentes países de Europa: Suiza, Holanda, Alemania… Poco a poco la empresa ha ido creciendo y en la actualidad la cooperativa está formada por doce socios y 30 trabajadores. 
Un aroma a jamones, cañas de lomo, salchichones…nos acompaña durante el recorrido por las distintas salas de elaboración, secaderos y cámaras de conservación.
Atentos a las explicaciones, observamos los diferentes formatos que se emplean en la elaboración de chorizos: herradura, rosario y bolita.  
Sus productos son muy reconocidos y se elaboran siguiendo la tradición de las chacinas de la localidad, esto forma parte de su éxito, además del empleo de ingredientes de calidad y de la cuidada elaboración. Sus productos son principalmente de origen porcino y de pavos. La empresa adquiere semanalmente unas 1.000 cabezas de ganado, la mayor parte procede de Andalucía y una menor proporción llega de Cataluña. Embutidos, productos cárnicos y de volatería se comercializan por diferentes regiones españolas, además de una parte muy importante que se distribuye en la comunidad andaluza.  
Antes de finalizar y realizar nuestras compras para traer a casa y compartir con la familia, tuvieron la gentileza de ofrecernos una degustación de excelentes productos, tales como la carne mechada; salchichón;  butifarra, con un estilo propio del lugar y diferente a las de otros puntos de la provincia y un producto menos conocido como es la morcilla de hígado. Se vende poco curada, siendo habitual comerla cortada en lonchas gruesas o bien untada al estilo paté. De una forma u otra es imprescindible acompañarla con un buen pan. Se elaboran en algún otro pueblo de la provincia, pero el sabor de estas es inconfundible posiblemente por la proporción de hígado, sangre y especias. La cooperativa se encuentra situada en la avenida Julián Besteiro, y además de abrir de lunes a viernes en jornada de mañana y tarde, podemos adquirir sus productos los sábados por la mañana.
En esta tierra de olivos y gran tradición aceitera no podíamos dejar de visitar una almazara, en esta ocasión nos dirigimos al Molino Las Pilas, una almazara que empezó a funcionar en 1810. Desde entonces son varias generaciones las que sin parar la han mantenido en uso; en la actualidad los hermanos Zambranaestán al frente, respetando la tradición del servicio de maquila. 
La antigua práctica consiste en que el agricultor lleva sus propias aceitunas y el molino se encarga de la obtención del aceite, en contraprestación se entrega una cantidad acordada del producto. 
Tuvimos la suerte de ver en directo todo el proceso, al coincidir la llegada de un pequeño agricultor con unos 1.000 kg de aceitunas. Las fases son numerosas, la recepción de las aceitunas, limpieza y lavado, molienda de las aceitunas, batido de la masa o pasta de aceituna, extracción del aceite en frio y envasado. 
La almazara tiene sus propios olivos donde predominan la variedad lechina, aunque también tienen otras como manzanillo, verdial y alameño. El proceso es muy cuidadoso con el medio ambiente, así se aseguran unos aceites de oliva vírgenes de calidad con exquisito aroma y sabor. Los aceites del Molino Las Pilas están amparados por la Denominación de Origen de la Sierra de Cádiz. 
Antes de marcharnos fuimos a la pequeña tienda para adquirir algunas botellas de aceite, sorprendiéndonos los bonitos y distintos envases de cristal. Allí, Gabriel nos habló del color del aceite que puede variar desde el amarillo verdoso al verde amarillento. Pudimos comprobarlo pues tuvo la atención de obsequiarnos con una botella del aceite recién extraído en frío, su tonalidad verde intensa contrastaba con el aceite de las otras botellas de color más dorado por el tiempo de reposo. Estos aceites pueden consumirse en crudo, guisos o fritos.   
Paco Medina no quiso que nos fuésemos de Olvera sin realizar una curiosa  visita, una tienda de decoración llamada,Mafáldale, regentada por el decorador e interiorista, Cris Zamudio. El joven que goza de gran gusto y profesionalidad nos mostró encantado su preciosa tienda, en la que se puede encontrar elementos para  decorar cualquier estancia del hogar, pero por darle un toque gastronómico, diremos que observamos diversos muebles, mantelerías, cristalerías, vajillas y elementos decorativos, que se deben tener en cuenta a la hora de preparar una buena mesa para comer.  
Nos quedó cosas por ver y visitar, así que volveremos de nuevo. A vosotros que no seguís, animaros a visitar esta preciosa y acogedora población. Para terminar agradecer desde aquí, una vez más, el trato recibido por todos, en especial por Paco Medina. 

¡Hasta siempre amigos.!  

¡FELIZ NAVIDAD Y QUE EL 2018 SEA UN AÑO DE PAZ Y UNIÓN!

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A ti por tu saludo; a ti por tu llamada, email o mensaje de whatsapp a lo largo del año; a ti que le das a un me gusta en el Facebook o haces un comentario; a ti que me regalas tu tiempo leyendo lo que escribo; a ti que me acompañas en las Tertulias Gastronómicas del Ateneo; a ti que me obsequias con una sonrisa, un beso o un leal abrazo cuando me ves; a ti que te preocupas por mí; a ti que me ayudas y me animas, que compartimos un café, una copa o una comida; a ti que me has enseñado algo nuevo en estos doce meses; a ti que has tenido la gentileza de mostrarme tus instalaciones y productos gastronómicos en esta hermosa provincia; a ti que me quieres con sinceridad…a todos os deseo unas fiestas tranquilas y que cada uno la viva según le apetezca, sin olvidar lo bueno que podamos hacer por los demás, verdadero sentido de la Navidad. Espero que el Año Nuevo llegue repartiendo salud para todos, paz y sentido común para nuestros dirigentes con el propósito que consigamos la estabilidad esperada.

Mi cariño va para todos.


PRADO DEL REY Y SU SOBERANA GASTRONOMÍA

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Rodeado de colinas, arroyos y verdores se eleva uno de los hermosos “Pueblos Blancos”: Prado del Rey. Blanco por sus casas encaladas, que resplandecen hasta tener que apartar la vista, cuando sobre el cielo azul brilla el sol en nuestra tierra; pero también blanco porque sus gentes son de verdad sin medias tintas, y se nos antoja blanco por sus quesos y calostros.
Precisamente a su gastronomía nos vamos a referir. Una de esas visitas que realizamos con amigos por los bellos pueblos de la provincia, en esta ocasión organizada por Cuartó y Mitá, a las que hay que agradecer su constancia para unirnos en torno a tradiciones culinarias.
Este estilo es el que muestra Bodegas Rivero, que desde 1864 elabora de forma artesana vino blanco de Pajarete, llamado en la zona “mosto”. Es la bodega más antigua de la Sierra de Cádiz y no se ha interrumpido la producción gracias a continuar con la labor generación tras generación. Fue en el siglo XVII cuando los vinos procedentes de los viñedos Torre Pajarete, lograron gran difusión y prestigio, generalmente eran vinos dulces generosos. La filoxera sufrida en el siglo XIX perjudicó considerablemente a los viñedos, dejándose de elaborar distintas clases de vinos. En 1982, Salvador Rivero, biólogo y enólogo, se hace cargo de la  pequeña bodega familiar, consiguiendo ampliar la gama de vinos y volviendo a elaborar tintos como antes de la lamentable epidemia. Bodegas Rivero se encuentra en la Ctra. De Arcos, km. 1 - Prado del Rey (Cádiz). Las nuevas tecnologías con las que cuentan hoy en día, contrastan con el mobiliario antiguo existente en la bodega primitiva, que estuvo situada en el centro de la población. Un regalo para los recuerdos y los sentidos.  
Del vino al queso, otra de las grandes herencias en nuestra provincia, Así lo ha entendido el gerente de Quesos El Pradense, José Manuel Macías Corchado, que no lleva mucho tiempo en el sector, pero ha sabido arroparse por el reconocido maestro quesero, Juan Pino que lleva más de treinta años trabajando para distintas marcas. Emplean leche de vaca, cabra y oveja, bien para uso en solitario o para mezclas. Las presentaciones son diversas, frescos, semi-curados o curados emborrados, con manteca ibérica, al romero, con salvado de trigo, al pimentón e incluso unas tarrinas con daditos de queso en aceite y aderezado con ajo y perejil. Después de las explicaciones precisas y oportunas en la fábrica no hay mejor forma de descubrir la gastronomía que con la práctica. 
Así que nos trasladamos a otro encantador lugar de Prado del Rey, El Cortijo Huerta Dorotea. Un hotel rural situado en un bello entorno, donde se puede elegir entre hospedarse en una de sus habitaciones o en una de sus cabañas de madera en plena naturaleza; también se puede disfrutar en su restaurante de la gastronomía local.
En este amplio complejo ideal para el descanso y disfrute de la naturaleza, nos recibió su Consejero Delegado, Antonio Fernández Barrera, que nos mostró todas las instalaciones y que además, tuvo la gentileza de ceder uno de sus salones para realizar la cata de quesos El Pradense y vinos de la Bodega Rivero, la dirección de la cata estuvo a cargo de Antonio Orozco, profesor de la Escuela de Hostelería de Arcos de la Frontera y autor del libro sobre los quesos de la Sierra de Cádiz, publicado por la Diputación gaditana.  El punto casero lo puso Antonio Fernández, que no quiso nos marcháramos sin probar uno de los platos típicos de Prado del Rey y que se sirven en el lugar: “La Sopa de Tomate”.  A todos nuestro agradecimiento por el trato y atenciones recibidas. 
Con la abundante muestra de productos que nos ofrecieron para degustar estábamos más que satisfechos, pero aún quedaba la “Berza de tagarninas con  pringá” que había preparado Carmen la diestra cocinera del Mesón Rural Iptuci, ubicado en la calle Teniente Peñalver, 31. El nombre del establecimiento le viene dado por la denominación de la ciudad romana, que aparece en los primeros documentos existentes. Algunos pudieron con todo, incluso con postres. 
La jornada para unos terminó aquí, después de un buen día de charla, risas, explicaciones, vinos, comidas… Otros decidieron optar por acercarse a la Venta Mesa Jardíndonde les esperaba una merienda típica de estas fechas: chocolate caliente y buñuelos fritos.

Después de leer la crónica de nuestra amiga Charo Barrios, comeencasa.bunuelos-por-navidad/ y ver el vídeo de nuestras queridas chicas de Cuarto y mitá cuartoymita./videos/tenemos el firme propósito de ir un día a degustarlos. 


LA TERTULIA GASTRONÓMICA DE FEBRERO TRATARÁ SOBRE EL TEMA: “BIENESTAR Y SALUD EN LA SEGUNDA JUVENTUD”

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Queridos ateneístas y amigos:

El jueves día 1 de febrero a las 19:00 horas,celebraremos la primera tertulia gastronómica del año en la sede del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz, calle Ancha, nº 20, 1º piso.

Sabemos que la alimentación sana es fundamental para mantener un estado de salud óptimo, y a priori parece fácil conseguirlo, aunque en muchas ocasiones se presentan dudas razonables sobre la alimentación. Es frecuente oír también  la necesidad de incluir el ejercicio físico dentro de nuestro hábito de vida, e incluso saber gestionar nuestras emociones, pues estas influyen en nuestro bienestar interior y físico. No hemos sido instruidos desde pequeños en estos temas, por ello surgen muchos interrogantes y confusiones, pero el aprendizaje debe ser una constante en nuestra existencia, así que podemos seguir formándonos para mejorar nuestro comportamiento en todos los aspectos.

En nuestro próximo encuentro trataremos el tema: "Bienestar y Salud en la Segunda Juventud", será expuesto por Pablo Duarte López, especialista en Ciencias de la actividad física y el deporte, experto en Nutrición Natural y Holística, estamos convencidos nos ampliará conocimientos beneficiosos.
¡Ah! Querido lector, aunque en el enunciado aparezca la expresión “segunda juventud”, si eres joven y te apetece saber más sobre el tema, no dejes de acompañarnos, Pablo Duarte trabaja para todas las edades y precisamente los jóvenes en la actualidad tenéis más fácil comenzar a cuidaros.   

Os invitamos a todos a participar, una vez concluya la exposición, en el coloquio final y despejes las cuestiones que se nos plantean con frecuencia.     

¡Te esperamos!

Afectuosos saludos, 

                                                                       María Luisa Ucero Manzano
Coordinadora Tertulias Gastronómicas
  Ateneo de Cádiz

                                                                        
         
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